Periodista y escritor, durante diez años corresponsal en Asia, Juan Pablo Cardenal investigó durante un año tota la tupida red de instituciones, asociaciones y complicidades académicas del Govern de la Generalitat para “internacionalizar el procés”. Producto de ello surgió La telaraña (Ariel), un libro que llega a parecidas conclusiones a las que ha plasmado el Tribunal de Cuentas. Cardenal, en conversación con Crónica Global, asegura que Andreu Mas-Colell, el exconsejero de Economía de la Generalitat, uno de los altos cargos que deberá responder con su propio patrimonio, “es uno de los grandes responsables intelectuales del procés”.
A juicio de Cardenal, el Govern de la Generalitat intentó “realmente” la independencia aunque, posteriormente --según insinuó días atrás Jordi Sànchez--, se señalara que solo se buscó forzar una negociación con el Gobierno. El periodista también apunta a la investigación del Tribunal de Cuentas: “El informe constata que la independencia fue una prioridad del Gobierno catalán, y se destinaron muchos recursos públicos y recursos humanos, alineando todo para una causa, para un objetivo”.
Desacreditar a España en el extranjero
Cardenal, que realizó entrevistas con los altos cargos y con personal diplomático --entre los entrevistados, el mismo Mas-Colell-- insiste en que el propio personal que contrató la Generalitat admite el objetivo. “Lo hablé con responsables diplomáticos, con Independent Diplomat, y me aseguraron que, ya en 2012, se encargó sondear a los Gobiernos europeos sobre cómo podían reaccionar ante una declaración de independencia”.
El debate que, sin embargo, Cardenal admite que se puede establecer ahora es el de la actuación de los políticos y su responsabilidad administrativa en el uso del dinero público. “Puede haber un debate sobre ello, pero también es verdad que lo que ha decidido el Tribunal de Cuentas constata que a los políticos independentistas todo el procés les había salido casi gratis, empezando por la sentencia del Tribunal Supremo, para mí benévola. Y que hasta ahora había una cierta impunidad, como si no les pudiera pasar nada. Y ese dinero público se ha utilizado para desacreditar a España en el extranjero, con actividades ilícitas”.
El independentismo ha arremetido contra el Tribunal de Cuentas al entender que no está legitimado para actuar en esa dirección. El expresidente Artur Mas ha considerado que la “Acción Exterior de la Generalitat hace muchos años que se realiza, como otras comunidades autónomas”. Pero existe una diferencia, a juicio de Cardenal: y es que esa Acción Exterior se utilizó para apoyar un movimiento “separatista”, con acciones que buscaban “descalificar a España”. En ese sentido, “el informe del Tribunal de Cuentas es irrefutable”.
Relación "bilateral" con Alemania
En ese movimiento, la figura de Mas-Colell es “fundamental”, según la investigación de Cardenal, porque el catedrático de Economía “utiliza su red académica para fomentar debates y promocionar la causa independentista”. El colectivo Wilson --un grupo de economistas que aseguraban que Cataluña podía ser independiente sin salir de la UE-- “no se entiende sin Mas-Colell, que actúa como gran inspirador de todos ellos”. Una de las acciones que recuerda el autor de La telaraña es un vídeo en inglés, junto a otras figuras como la exconsejera Clara Ponsatí “sobre el expolio fiscal” que, supuestamente, sufre Cataluña, y que “se difundió ampliamente por muchos centros académicos y económicos”.
Las delegaciones de la Generalitat en el extranjero han sido fundamentales. Cardenal insiste en que “han formado parte del organigrama institucional, con muchos años de trabajo”. Por ejemplo, “ha habido un proyecto para visibilizar una Cataluña distinta de España, con delegaciones, como la de Berlín, que acaban estableciendo una relación bilateral con Alemania”.
Entonces, ¿cuál es el problema de la actuación del Tribunal de Cuentas? “Lo que ocurre es que a esos políticos nacionalistas nunca los habían fiscalizado, y ahora parece que sí”, concluye Cardenal.
El movimiento independentista ya ha preparado acciones exteriores, precisamente, para "denunciar" esa supuesta "persecución" del Tribunal de Cuentas.