El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, durante el acto de presentación del informe del grupo de trabajo 'Catalunya 2022 / EP

El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, durante el acto de presentación del informe del grupo de trabajo 'Catalunya 2022 / EP

Política

El Govern pierde su perfil institucional ante los empresarios catalanes

El plante al Rey de Pere Aragonès, que esta semana pone a prueba sus relaciones con el sector económico, demuestra que el republicano todavía es esclavo de la teatralidad de sus socios de JxCat

16 junio, 2021 00:00

Las jornadas del Círculo de Economía siempre ponen a prueba las complicidades de los presidentes de la Generalitat con el empresariado. Carles Puigdemont y Quim Torra fallaron y, ahora, le toca a Pere Aragonès. Pero el republicano empieza con mal pie. Su negativa a asistir a la cena organizada por el think thank económico, a la que se han sumado el vicepresidente, Jordi Puigneró y el consejero de Economía y Hacienda, Jaume Giró, supone un paso atrás en el deshielo institucional. Y también en la superación de una inestabilidad política que se ha llevado por delante a muchas empresas. Muchas de ellas soportaron la tormenta procesista, pero gracias a cambiar su sede social.

El feo al monarca --Aragonès solo asistirá a un cóctel previo a esa cena a la que, finalmente, acudirá la consellera de Presidencia, Laura Vilagrà--, tal como sucedió con el reciente plante en un acto de Seat cuando Aragonès ejercía de presidente en funciones, es también un bofetón a los empresarios reunidos esta semana en un foro por el que desfilan dirigentes políticos y económicos, nacionales e internacionales. Pero el dirigente de ERC sigue entregado a las luchas cainitas entre independentistas que se arrastran desde la legislatura anterior, se agudizaron en vísperas electorales y han continuado tras el pacto de gobierno entre ERC y Junts per Catalunya (JxCat). Y no tanto por la clásica rivalidad entre republicanos y neoconvergentes, que también, sino por las pugnas internas existentes dentro del partido de Carles Puigdemont, que salpican al president y le obligan a marcar perfil identitario.

Mesa de diálogo

Porque, si bien el procesismo, entendido como desafío unilateral independentista, ha muerto con una mesa de diálogo entre Gobierno y Generalitat, la reivindicación identitaria está muy viva. Lo está mediante la reclamación de la amnistía y autodeterminación para mitigar las consecuencias de unos indultos que desarman algunos argumentos independentistas. Así lo reconoció la presidenta de la Assemblea Nacional Catalana (ANC), Elisenda Paluzie, quien insiste en exigir a ERC y JxCat cumplir el mandato del referéndum del 1-O. Hoy se habla de otro referéndum sobre los acuerdos de esa mesa de diálogo que, en ningún caso, repetirá la respuesta binaria de sí o no a la independencia. El 1-O ha quedado superado por los pactos entre JxCat y ERC y, a su vez, por la distensión entre Aragonès y Sánchez. Pero la CUP está al acecho y, en dos años, pedirá cuentas al presidente catalán.

Éste mantiene una teatralidad secesionista a modo de fina argamasa de lo que queda de unidad independentista. De ahí el plante al Rey pues, no en vano, prometió presidir una Generalitat republicana para lograr la independencia, tal como avisó en su discurso de investidura.

Soflamas antimonárquicas

Las soflamas antimonárquicas, que en el Parlament se han traducido en varias resoluciones impugnadas ante los tribunales, echan leña al fuego español, pues cargan de argumentos a quienes se manifestaron el domingo en la plaza de Colón contra los indultos a los presos pero, sobre todo, contra Pedro Sánchez. Igualmente divididos, PP, Ciudadanos y Vox rechazan que la medida de gracias desinflame la confrontación generada por los secesionistas. El presidente de los populares, Pablo Casado, tiene previsto acudir a las sesiones del Círculo, donde deberá rendir cuentas ante los empresarios sobre esas tensiones procesistas trasladadas a la política española. Porque, año tras año y desde que su gran aliado, Artur Mas, se embarcó en el proyecto independentista, los hombres de negocios que acuden a estas jornadas piden explicaciones a los dirigentes políticos sobre una situación que, a su juicio, exige diálogo y renuncias

El discurso de Aragonès --esta tarde inaugurará las jornadas, que siempre se habían celebrado en Sitges y este año, en el Hotel W de Barcelona-- viene avalado por su perfil de gestor y su experiencia al frente de las finanzas catalanas, y había levantado muchas expectativas. Y, según se comenta en círculos empresariales, estará a la altura en materia económica. Menos agradable serán las pinceladas separatistas que, unidas al plante al Rey, no son bienvenidas en un momento de reconstrucción post-Covid que exige altura institucional para que los sectores público y privado vayan de la mano.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, clausurará el cónclave. Juega en casa. El presidente del Círculo, Javier Faus, se ha expresado a favor de los indultos para rebajar la confrontación.