La concentración que se celebra mañana en la plaza Colón de Madrid contra los indultos del Gobierno a los presos independentistas ha descolocado a la derecha catalana. PPC y Ciudadanos, lastrados por la desmovilización de la sociedad civil catalana no secesionista y un efecto Vox que intenta evitar y que perturba las relaciones parlamentarias, han organizado actos locales con perfil plano para rechazar la medida de gracia. Detrás de esas tensiones subyacen, tal como sucedió durante el procés, las diferentes visiones del problema independentista existente entre las ejecutivas nacional y catalana de ambas fuerzas liberales.
El PPC estará representado en el acto de Colón por su presidente, Alejandro Fernández, y Llanos de Luna, coordinadora general del partido. Tras los titubeos iniciales, los populares catalanes optaron por secundar la recogida de firmas impulsada por la dirección nacional, aunque de forma muy discreta. “Se están recogiendo firmas en todas nuestras sedes y se ha dado libertad a los presidentes locales para sacar o no la carpa. La mayoría ha optado por recoger las firmas en las sedes porque hemos preferido no apretar a nadie”, explican a Crónica Global fuentes del PPC.
Intento de Vox de monopolizar el acto
Esta prudencia es consecuencia de la incomodidad que en el PP genera el intento de Vox de monopolizar el acto de Colón. La formación de Santiago Abascal ha advertido de que en esa protesta habrá críticas a la actuación de Mariano Rajoy durante los momentos álgidos del procés. En Cataluña, tal como se vio en la campaña del 14F, Alejandro Fernández marcó distancias respecto a Vox mediante un discurso contundente, pero muy alejado de la radicalidad. Como se sabe, el PPC sufrió un revés en las urnas, al pasar de cuatro a tres diputados, mientras que la ultraderecha de Ignacio Garriga obtuvo 11. De nuevo hubo ruido de sables dentro del partido y movimientos a favor del liderazgo de Xavier García Albiol, alcalde de Badalona. Pero “la aguas siempre vuelven a su cauce”, añaden desde el PP. Fernández acaba de renovar su equipo y se ha rodeado de dirigentes de confianza con los que asumir el difícil reto de remontar en las elecciones municipales de 2023.
En el caso de Ciudadanos, las elecciones supusieron una debacle, al pasar de 36 a seis diputados. Ayer por la tarde, la formación naranja convocó una concentración ante la delegación del Gobierno en Cataluña. El acto, que duró apenas media hora y contó con representantes del PPC, vino precedido de complejos preparativos que constataron las dificultades que una parte del constitucionalismo tiene para movilizar a sus simpatizantes. Finalmente, una docena de entidades sociales acudieron.
El desmarque del PSC
El PSC hace tiempo que se desmarcó de una posible alianza con PP y Ciudadanos, sin mayoría suficiente para neutralizar el independentismo. En esa ecuación nunca estuvo En Comú Podem. La irrupción de Vox, la victoria en votos del PSC en los comicios catalanes y, sobre todo, la apuesta de los socialistas por la distensión con el Govern, ha dado una vuelta de tuerca a esa división del constitucionalismo, que un día llegó a liderar el partido de Inés Arrimadas, ganadora de las elecciones de 2017. Ciudadanos, que también acude a Colón con ciertos reparos --el portavoz nacional de Cs, Edmundo Bal, precisó que esta formación "no participa como partido" en el acto del domingo--, intentará remontar de aquí a las municipales, pese al goteo de cargos y militantes que sufre. El líder de Cs en Cataluña, Carlos Carrizosa, y su diputada Anna Grau se desplazarán a Madrid para expresar su oposición a los indultos. Una postura que hace extensiva al Parlament, donde han presentado una propuesta de resolución que pondrá a prueba esa precaria unidad constitucionalista.
La iniciativa propone que la Cámara catalana exija al Govern a que "a su vez, inste al Gobierno de España a garantizar la igualdad de todos los ciudadanos españoles ante la ley y a comprometerse a no conceder indultos a los condenados por sedición y malversación por los hechos acaecidos en Cataluña en otoño de 2017, que a fortiori no han dado ninguna muestra de arrepentimiento y amenazan de continuo con reincidir en la comisión de los delitos antedichos". Una propuesta que Cs ha negociado con PP y Vox, favorables a la misma. Pero a esa predisposición le ha sucedido un silencio cuando menos inquietante para la formación naranja.