La portavoz del Govern, Meritxell Budó, ha señalado este martes que "todavía queda tiempo" para la eventual investidura de Pere Aragonès como president, y evitar así una nueva convocatoria electoral. La política de JxCat se suma de este modo a las voces de su partido que se resisten a dar por cerradas las negociaciones con los republicanos, aunque ha evitado ir más allá.
Tras la reunión del Consell Executiu, Budó ha asegurado que los miembros del Govern deben mantenerse al margen de los contactos entre partidos. "Reitero mi confianza en los equipos negociadores, dejémosles trabajar", ha manifestado.
ERC y comuns
La consellera también se ha negado a valorar el órdago de ERC, que ha comenzado a dialogar con los comuns para sondear un eventual acuerdo de investidura al margen de su partido. En esta ocasión, Budó ha señalado que como "portavoz" no le "toca" pronunciarse al respecto, a pesar de que en diversas ocasiones sí ha exhibido posturas partidistas desde la misma tribunal. Sin ir más lejos, cuando tilda al "Estado" de "represor".
"Nos aislamos de todo el ruido de las negociaciones para formar Govern. Nada que decir", ha zanjado. El Ejecutivo "no entra a valorar porque no es su cometido, pero sufre desde el momento en que se inhabilita al president en septiembre de 2020", ha dicho respecto a Quim Torra, después de que este retirase fuera del tiempo del que disponía simbología que incumplía la neutralidad política en periodo electoral.
¿Parálisis de la Generalitat?
Cuestionada por la parálisis y la inestabilidad de la Generalitat al mantenerse el bloqueo de la nueva legislaura, Budó ha asegurado que sí se trabaja. "Hay un gobierno en funciones y, por tanto, algunas de ellas están limitadas, como la ley de presupuestos, pero sí hemos podido hacer una prórroga para disponer de recursos", ha presumido.
"Tenemos hasta el 26 de mayo --para escoger a un nuevo presidente-- y, por tanto, esperemos hasta esa fecha", ha argumentado ante una posible repetición de los comicios autonómicos. Por ahora, ERC da por terminadas las negociaciones con JxCat y explora una investidura "de las fuerzas progresistas" junto a los comunes y la CUP. Sus aún socios en la Generalitat les reclaman que "recapaciten" y los sectores más radicales del independentismo ya les han acusado de "traidores". Por ahora, el bloqueo persiste.