El cese fulminante del diputado Jaume Alonso-Cuevillas como secretario segundo de la mesa del Parlamento de Cataluña por cuestionar la actual estrategia frentista de su partido (JxCat) ha abierto la caja de los truenos en el seno del independentismo. Su correligionaria y portavoz del Govern, Meritxell Budó, ha rechazado pronunciarse sobre el asunto, después de que Cuevillas expresara sus discrepancias con la línea de desobediencia y de "confrontación inteligente" impulsada por los mandatarios posconvergentes. Una vía que la consellera, eludiendo posicionarse, deja en manos del próximo Ejecutivo catalán.
Cuevillas, exabogado a su vez del expresidente de la Generalitat fugado Carles Puigdemont, se declaró partidario, en una entrevista al digital Vilaweb, de no tramitar en el Parlament resoluciones sobre la "autodeterminación" de Cataluña o la monarquía española, al considerarlas estériles, y se preguntó: "¿Hemos de dejar que nos inhabiliten sin pena ni gloria por una tontería?".
"Separación de poderes"
Budó ha rechazado opinar al ser preguntada al respecto en la rueda de prensa posterior a la reunión del Govern de este martes. La consellera se ha sacado de encima el asunto invocando la "separación de poderes" democráticos. "No tenemos que interferir en los debates del Parlament y en la Mesa", ha sostenido.
Respecto a si defendería tramitar iniciativas que pudieran incurrir en una desobediencia al Estado, Budó se ha escudado en que su Govern "está en funciones, no tiene capacidad legislativa", por lo que le toca al próximo Ejecutivo "decidir la orientación de la nueva legislatura". Y son los partidos, ha recalcado, los que deben abordar en sus negociaciones para formar Govern qué "camino" quieren tomar.
Considera "una venganza" el fin del tercer grado de Forcadell y Bassa
La mandataria posconvergente, en cambio, sí se ha pronunciado sobre la revocación del tercer grado penitenciario a la expresidenta del Parlament, Carme Forcadell, y la exconsellera de Trabajo Dolors Bassa --condenadas por sedición por su papel en el procés independentista en 2017--, apuntando que la decisión del juez "no se trata de justicia, se trata de venganza".
"No por previsible, porque todos sabíamos que acabaría así, nos provoca menos indignación. Era una cuestión de tiempo que llegara esta revocación", ha lamentado Budó, tras recordar que semanas atrás ocurrió lo mismo con el resto de políticos presos del procés. En opinión de Budó, la decisión demuestra que se les priva de derechos penitenciarios "por ser quienes son".