Pere Aragonès acepta que el Consejo para la República tenga un papel protagonista en el futuro gobierno catalán. Es decir, que Carles Puigdemont tutele la estrategia de confrontación ante el Estado desde Waterloo. En su segundo intento de ser investido presidente de la Generalitat, pues se mantiene el bloqueo de Junts per Catalunya (JxCat), el republicano ha llamado a “vitaminar las confianza y aislar los reproches”.

"Lo hago --ha añadido-- con la tranquilidad de que ofrecí un proyecto de gobierno ambicioso, basado en los grandes consensos que hay en la sociedad catalana que debemos traducir en la unidad del independentismo".

Referéndum

El referéndum, ha dicho, es el objetivo de ese pacto. “Las discrepancias que puedan impedir la investidura son mínimas. Quiero que la nueva Generalitat republicana se centre en las desigualdades sociales, la transformación socioeconómica y que se encamine a la resolución del conflicto con base en la amnistía y el derecho a la autodeterminación”.

Ha admitido que es en esa hoja de ruta hacia la república catalana donde hay obstáculos. “Es cuestión de voluntad, compartimos objetivos. Por eso no se entendería que la etapa liderada por la nueva Generalitat republicana no sumara como hemos hecho antes”. “Tenemos la oportunidad histórica de tener todo el independentismo comprometido con el gobierno del país. Es más lo que nos une que lo que nos separa”, ha añadido.

Cita de Puigdemont

Aragonès ha hecho suyas las palabras que Carles Puigdemont pronunció cuando se sometió a una cuestión de confianza el 28 de septiembre de 2016, para demostrar que su proyecto no va dirigido solo a los independentistas: “Servir a nuestro país, atender las necesidades, combatir las desigualdades, combatir en especial los efectos de la crisis, mejorar las condiciones de vida de nuestros conciudadanos, priorizar la agenda social y, al mismo tiempo, fomentar la reactivación para que se cree riqueza y se generen puestos de trabajo de más calidad y de mayor duración, y todo ello para los siete millones y medio de catalanes y catalanas, que tenemos los mismos derechos y los mismos deberes”.

El republicano ha hecho un llamamiento a “vitaminar las confianza y aislar los reproches” (“Yo lo haré”, ha admitido), porque “sería un error que el independentismo no aprovechara esta fuerza para reivindicarse ante un Estado que nunca había accedido a negociar con la Generalitat un referéndum de autodeterminación. Sería un error no aprovecharlo para conseguir la amnistía”.

Generosidad

Conseguirlo “requiere flexibilidad, generosidad y voluntad. Sin sustituciones ni tutelas”. “Quiero ser claro y honesto también en este sentido. Aprovechemos todos los activos: las entidades movilizadas, la pluralidad política del independentismo, la participación y reivindicación política de los presos y presas y la del exilio y también, por supuesto, la organizada en torno al Consejo para la República”.

No obstante, el candidato de ERC ha asegurado que “la pluralidad" es su “fuerza": “Y para hacerla más grande, para seguir sumando nuevos elementos de esta pluralidad en una mayoría imbatible a favor de la autodeterminación y la amnistía, es imprescindible coordinar estrategias. Esta coordinación debe permitir multiplicar nuestra fuerza". Y ello "solo será posible si se reconocen todos los espacios, tanto dentro de Cataluña como en el exilio, pero también si se pone en valor el liderazgo de las instituciones de Cataluña, este Parlamento, el gobierno y su presidente, que tienen una responsabilidad indelegable e insustituible. Y también, si en su acción demuestra claramente que el avance de derechos sociales y de derechos civiles, de fortalecimiento del Estado del bienestar y de lucha contra las desigualdades van de la mano de la lucha por la independencia".