CGT ha pedido la dimisión del concejal de Emergencia Climática y Transición Ecológica de Barcelona, Eloi Badia, tras dos casos de acoso sexual en el Instituto Municipal de Parques y Jardines. El sindicato ha asegurado que el edil trató de "mitigar" dos episodios de asalto por razón de sexo y laboral a dos mujeres que ha terminado con condena judicial.
Lo ha expresado CGT en un comunicado público de reacción a un conflicto que avanzó TotBarcelona. Según la parte social, las trabajadoras de Parques y Jardines han acabado con "ansiedad, diversas patologías y baja médica durante meses por culpa de un acosador". Según el sindicato, esta persona era encargado de brigada en la empresa pública e "hizo uso de su cargo para establecer un entorno de misoginia, dominio y terror, sobre todo con las mujeres".
Badia "mitigó" el caso
Siempre según la parte social, el caso acabó con una condena judicial y una sanción disciplinaria leve al trabajador. Lo que es más: el Ayuntamiento de Barcelona no activó el protocolo por acoso sexual, pese a las recomendaciones de una psicóloga y, a la postre acabó ascendiendo al empleado.
En este contexto, CGT alerta de que Frederic Jiménez, gerente de Parques y Jardines, y Eloi Badia, concejal del ramo, "minimizaron" el caso. En el caso del edil, le acusan de incurrir en "dejación de funciones" con lo que respecta a las responsabilidades de gestión y supervisión. Opina el sindicato que Badia "estaba más preocupado por su carrera política y las repercusiones del caso que por solucionarlo".
"Me pidió que le mostrara las bragas"
La denuncia sindical de la afectada contiene expresiones que revisten gravedad. Según la denunciante, su acosador en Parques y Jardines le preguntó "si sabia hacer un francés" y le pidió que "le enseñara las bragas". Según ella, el hombre aseguró que "había cola para pegarle un polvo" e invitó a la trabajadora a que "le avisara" la próxima vez que acudiera al ginecólogo.
La otra víctima se negó a mantener relaciones íntimas con el acosador y de forma previa mostró su rechazo al contacto físico con éste. Tras ello, sostiene CGT, comenzó un "castigo físico y acoso laboral". Ello se tradujo en "aislamiento del resto de compañeros, enviar a esta persona a segar césped cuando llovía o limpiar los lavabos de los hombres". El acusado, además, entraba en el vestuario femenino sin permiso, apostilla la misma fuente.