Batet reclama que es la hora de los “Azañas, Güells y Chaves Nogales”
La presidenta del Congreso advierte del peligro que supone “denigrar lo público” y pide un esfuerzo colectivo para mejorar “la calidad democrática”
19 enero, 2021 17:00Enérgica, clara, con un punto de indignación y con la exigencia de que se “respete” lo público. Así se ha pronunciado la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, en un debate en el Círculo de Economía sobre el papel del sector público como palanca para reactivar la productividad en España y para mejorar la “calidad democrática”.
Junto con el catedrático en el Quality of Government Institute de la Universidad de Göteborg, Víctor Lapuente; el presidente del Círculo de Economía, Javier Faus y el vicepresidente del lobby empresarial, Jordi Gual, la presidenta del Congreso ha sido taxativa al pedir la máxima implicación de todos los sectores sociales en un momento de grave crisis: “¿Hay ‘Azañas' en la política actual, hay 'Güells' en el mundo empresarial actual, hay ‘Chaves Nogales’ en el mundo periodístico actual? Yo creo que la calidad democrática no depende sólo y exclusivamente de los representantes políticos”.
La 'colonización' de los políticos
El Círculo de Economía ha iniciado en las últimas semanas un ciclo sobre la necesidad de repensar España desde distintos ámbitos y disciplinas, con el objeto de mejorar la calidad de las instituciones y la productividad de la economía. Y respecto al sector público se ha abierto una discusión sobre qué papel debe ocupar el funcionariado y qué reformas se pueden realizar. Ha sido Lapuente, experto en el estudio de las administraciones públicas, quien ha recalcado que en España existe un problema estructural: “En la administración, hay muchos cargos públicos que vienen designados por el poder político, y ese sector público se ha politizado. La evidencia empírica señala que cuando eso se produce los resultados en eficiencia son peores”.
De la misma forma, los altos funcionarios del Estado han copado las primeras líneas de la política, defendiendo, en muchas ocasiones, intereses propios, que no responden al interés general. Esa es la posición de Lapuente, que apuesta por una frontera más clara en la que cada sector atienda a sus propias responsabilidades.
¿Eficiencia de lo público?
El debate se ha centrado en esa cuestión, en qué debe hacer el sector público. Para la presidenta del Congreso, siempre se podrá discutir cómo actúa y con qué recursos responde la administración pública en situaciones tan complicadas como la actual, con la pandemia del Covid, pero ha llamado a respetar el conjunto del sector público, y al poder político que “ha estado detrás de todas las grandes decisiones de las que nos enorgullecemos después, sea el sistema sanitario, la lucha contra ETA, la puesta en marcha de centros de investigación o de las universidades públicas, o de las grandes infraestructuras como el AVE. En todas ellas ha habido cargos públicos y decisiones políticas”.
Sin embargo, eso es lo que se quería discutir, la eficiencia de determinadas decisiones, como ha apuntado Jordi Gual, al cuestionar, precisamente, la necesidad y los resultados de esas infraestructuras, cuya rentabilidad económica se ha puesto en entredicho, como es el caso del AVE.
El sector público, de la mano del privado
Batet, en todo caso caso, ha insistido en que la responsabilidad de todos esos cargos “es enorme”, y que el sector público debe ir de la mano, junto al sector privado, para relanzar el país y mejorar la “calidad democrática” de España.
Para la presidenta del Congreso, la salida a la crisis pasa “por más política y no menos”, y que se comete un grave error cuando “se denigra” lo público. “Las consecuencias no las paga sólo el sector público, sino toda la sociedad y también el sector privado”, ha señalado, reclamando la implicación de todos los que estén en condiciones de aportar, desde la política, la empresa y el periodismo, entre otros.