"Un esperpento", "un insulto al pueblo catalán", "una maniobra repugnante". Así califica Mariano Gomá, presidente de España Cívica, el acuerdo de aplazamiento de las elecciones en Cataluña previstas para el 14 de Febrero hasta el 30 de mayo. Esta coordinadora de entidades de la sociedad civil de toda España defiende el Estado de Derecho frente al populismo y el separatismo
La nueva fecha electoral, según Gomà, "no puede calificarse más que como un insulto al pueblo catalán y a todos los españoles como catalanes también. A los esperpentos de la política del gobierno autonómico les importa un bledo ser los responsables de la parálisis de Cataluña, del hundimiento al profundo abismo de la indigencia y la irrelevancia de un territorio, otrora puntero en el mapa nacional e internacional, con la ciudad de Barcelona como triste y decadente estandarte".
"Ocultan sus vergüenzas"
"Perversamente escondidos tras una dramática situación sanitaria --añade-- ocultan sus vergüenzas de su estulticia a sabiendas de que quienes van a seguir sufriendo con más parálisis van a ser los ciudadanos, la economía y la provocada fractura social. En democracia es obligado el proceso electoral y es responsabilidad de los gobiernos garantizar el derecho, la seguridad y las medidas de protección para el ejercicio del voto ciudadano. Deben por tanto adoptar las medidas necesarias para ello pues en sus manos está".
Según Gomá, "que los partidos independentistas, que se odian sin matarse, lideren y obliguen al retraso electoral no tiene más explicación que intentar mejorar sus posiciones en el tablero aunque con el objetivo común de destruir España, es simplemente una repugnante maniobra, pero es muy triste para el ciudadano pensar que los partidos constitucionalistas de ideología transversal también lo acepten aunque a regañadientes para intentar consumar su política de fichajes en el mercado primaveral".
Lástima que otras formaciones que con una actitud seria, moderada y con personas de gran valía, no quieran, no puedan o no se atrevan a liderar un cambio que devuelva a Cataluña a la senda de la normalidad en conjunción con los partidos declaradamente defensores de España, por encima de quienes viven de la trampa empujando a la ciudadanía al mundo de la ineptitud. Efectivamente todo es una trampa y todo es falso", concluye.