El Ayuntamiento de Barcelona ha iniciado hoy jueves, 3 de diciembre, el desahucio de las discotecas del Puerto Olímpico. Técnicos municipales y la Guardia Urbana de Barcelona (GUB) se han personado en la marina deportiva para vaciar los 30 locales de ocio nocturno y restauración, que llevan meses oponiéndose a su expulsión. El ejecutivo local ha iniciado el desalojo en una actuación previa a la anunciada reforma de la dársena, que el consistorio quiere transformar en "más familiar".
Lo han indicado fuentes del sector, que han alertado de que la intervención para vaciar el puerto deportivo, que se construyó en ocasión de los Juegos Olímpicos de 1992, se produce cuando aún hay recursos judiciales de los operadores en marcha para evitar tener que marcharse. Ello no ha impedido que el bipartito sociocomún desahucie la treintena de negocios del Moll de Mestral. Esta zona y la adyacente, el Moll de Gregal --donde operan icónicos restaurantes, como La Fonda, El Cangrejo Loco o la Barca del Salamanca, que sí permanecerán en el equipamiento--, se someterán a un lifting integral.
Jaume Collboni: "Hemos recuperado el puerto para los vecinos"
Jaume Collboni, primer teniente de alcalde de Barcelona, ha explicado que es la primera intervención para "recuperar" los locales de ocio nocturno del Puerto Olímpico "para los vecinos" de la Ciudad Condal. El también concejal del PSC ha recordado que los usos de la discotecas y bares musicales son "incompatibles" con las que quiere el ayuntamiento. Estas son la restauración, económicas y ciudadanas.
Por lo pronto, el consistorio ya tiene las llaves de 10 locales de los 30 totales. Los otros 20 se niegan a marcharse y tendrán que desalojarse con orden judicial. El propio Collboni ha admitido que el ejecutivo local no podrá desahuciar hasta que los jueces fallen sobre los recursos. Ello podría demorarse entre un año y un año y medio: hasta 2022. No obstante, el consistorio sí prevé que las primeras "actividades ciudadanas" tengan lugar en el Moll de Mestral entre el 1 y 5 de enero de 2021.
10.000 metros cuadrados y 200 empleos
Cuando tenga la posesión de todos los establecimientos, el ayuntamiento, por medio de B:SM, acometerá una reforma integral de la infraestructura. El resultado de la misma será la transformación de 10.000 metros cuadrados más amables para las familias, sin ocio nocturno, menos barreras arquitectónicas y una apuesta por el sector económico del mar.
En este sentido, el gobierno municipal prevé que el nuevo Puerto Olímpico acoja el nuevo Centro Municipal de Vela y otros comercios vinculados a la llamada economía azul, la vinculada al mar. En total, Barcelona en Comú y PSC esperan crear 200 empleos con esta apuesta.
Pugna judicial e incógnitas sobre la viabilidad
El plan maestro del ayuntamiento para el Puerto Olímpico arranca hoy con muchas dificultades. La alcaldesa Ada Colau anunció en 2018 que el muelle estaría reformado en 2020, plazo que ha incumplido. La renovación se ha retrasado por los recursos judiciales de los locales de ocio nocturno, que han combatido su expulsión alegando que se cometía agravio comparativo con los restaurantes del Moll de Gregal.
Asimismo, las obras se demoraron por la renuencia del Departamento catalán de Territorio a entregar las competencias de gestión del muelle. La consejería que pilota Damià Calvet se resistió durante meses a entregar las llaves de la infraestructura porque la hoja de ruta de transformación pergeñada por el ayuntamiento presentaba destacadas lagunas económicas.