El cabreo de Tatxo Benet es considerable, porque las conversaciones que se han conocido, a partir de la operación Voloh, una investigación de la Guardia Civil, dirigida por el juez Aguirre, muestran una forma de actuar en la que se presiona a la administración para lograr favores o colocar productos audiovisuales. Se trata del directivo de Mediapro, que, tras una conversación con David Madí, buscó la venta de un documental sobre el procés independentista a TV3.
Benet ha reaccionado con virulencia, después de que se conociera esa conversación con Madí, como ha explicado Crónica Global. En las redes sociales, a las que es muy aficionado Benet, siempre con un tono agresivo, señala que se trata de una operación digna de la “Stasi”, como en la extinta República Democrática Alemana (RDA).
El latiguillo de Benet y Rahola
Según Tatxo Benet “comparábamos España con Hungría o Polonia y resulta que aquí (Cataluña) tenemos una Stasi tan efectiva como en la RDA. No sólo tiene agentes a sueldo que nos espían, sino que cuenta con ciudadanos colaboradores que le hacen el trabajo sucio”.
Esa es la consigna ahora del independentismo, que habla o de “causa general” contra el movimiento, con todos los medios por parte del Estado, o de una democracia inexistente que espía a los ciudadanos. Sin entrar en ningún momento en el fondo de esas conversaciones, que se relacionan con una presión constante hacia la administración autonómica para lograr contratos o subvenciones, el latiguillo de Tatxo Benet es el mismo que utiliza Pilar Rahola, implicada también en una conversación con David Madí para conseguir más presencia en TV3.
Una operación de 800.000 euros
El paso del directivo de Mediapro va más allá, porque arremete contra los medios catalanes, como Crónica Global, que han difundido esos audios que recoge la investigación del caso Voloh. La intención es buscar ahora un enemigo interior, no ya “español”, que actúa como una policía política, esos “ciudadanos colaboradores” de los que habla Benet.
En el caso del directivo de Mediapro se trataba de una operación para colocar por 800.000 euros un documental sobre el proceso independentista de ocho capítulos, que no tenía la luz verde de TV3. Su director, Vicent Sanchis, le había comunicado que no tenía presupuesto, que era “imposible” contratar ese producto audiovisual. Y es en ese momento cuando Benet piensa en David Madí para que le ayude a convencer a miembros del Govern, ya fuera a través del departamento de Economía, o mediante el de Cultura, para que se pudiera habilitar una partida por esa cuantía. Al margen de la cuestión económica, está también la defensa del proyecto político independentista, con la idea de que el documental se pueda exhibir antes de la celebración de las elecciones catalanas y sirva como acicate de la causa. “Sale todo, los juicios y los disturbios”, le explica Benet a Madí.
Críticas en las redes sociales
El relato de Benet lo avanzó Pilar Rahola en el programa FAQS de TV3, al señalar que la democracia española es muy "débil". La democracia española, aseguró, "es una mierda" y anunció que estudiaba una querella, pero no, en ningún caso, contra los medios, sino contra los responsables de la investigación, de la Guardia Civil, y, en concreto, contra el teniente coronel Daniel Baena.
En las redes sociales, sin embargo, aunque Benet encuenta partidarios, también ha comprobado cómo muchos otros no entienden las prácticas del directivo de Mediapro. Son críticas contundentes al considerar que no se puede conseguir con una llamada telefónica un contrato que la propia televisión autonómica ya había rechazado por la falta de presupuesto, ya que ésta se nutre de los recursos públicos.