Empresarios que querían empatizar, con ganas de escuchar propuestas positivas. Pero conscientes de que la polarización en el conjunto de España es total, y que la posición de la llamada tercera vía se enfrenta a muchos obstáculos. Ese era el clima en el Círculo Ecuestre en un acto con Antonio Garrigues Walker, uno de los pocos defensores del liberalismo “con todas las consecuencias” que hay en España, y que abogó por una aproximación a los políticos presos, por “votar” en algún momento en Cataluña para resolver el bloqueo político y por “entender y apoyar” que el ya expresidente Quim Torra presente un recurso ante el Tribunal Constitucional. Y, a pesar de los esfuerzos de los asistentes por ser receptivos, las reacciones fueron de incredulidad y de cierto malestar porque no lo ven posible.

Los rumores se pudieron escuchar en todas las mesas, pero también se hicieron sentir cuando el interlocutor de Garrigues Walker, el exdirector de La Vanguardia Màrius Carol, señalaba a Madrid como uno de los grandes problemas, con la idea de que los gobiernos de la Comunidad de Madrid, del PP, han querido plantear una especie de “rompeolas” con el resto de comunidades --dumping fiscal-- que ahora se cuestiona y no solo desde Cataluña. El expolítico que formó parte de la Operación Roca, en los años 80, sin obtener ni un solo diputado, no siguió por esa línea, pero insistió en que España debería tener un modelo “federal, como Alemania”, y contar más con Cataluña, “una comunidad moderna, avanzada, con lo mejor del país”.

Antonio Garrigues Walker, en la sede en Madrid del despacho Garrigues, durante la entrevista con 'Crónica Global'

¿Una Cataluña que ya no existe?

En cada apreciación de Garrigues Walker, que insistió en que “la idea de que la gente no esté en la cárcel tiene que valorarse positivamente”, sin entrar en una defensa clara de los indultos, se percibía en el ambiente una cierta tensión. El empresariado catalán, el que participa en los distintos foros en Barcelona, como el Círculo Ecuestre, quiere soluciones, pero también una posición firme ante el independentismo, no paños calientes o soluciones a medias. El malestar con los dirigentes del Govern de la Generalitat es manifiesto y en contra de Quim Torra, que ha dejado de ser presidente tras la sentencia del Tribunal Supremo. Y las buenas palabras de Garrigues Walker, o la carga de profundidad de Carol contra el “Madrid político” o judicial, provocaban perplejidad en un momento de clara polarización.

Garrigues, con 86 años recién cumplidos, habló de una Cataluña que existe en la mente de muchos dirigentes políticos y económicos del Madrid liberal, pero que ya es otra después del proceso independentista. Los dos bloques se mantienen y la aproximación de un lado al otro se entiende que debe compensarse con cesiones de la otra parte. Y eso no se ha producido hasta ahora. Por eso sorprendió y mucho que Garrigues defendiera a los políticos presos, como Junqueras, que sostienen que volverían a hacer lo mismo que en octubre de 2017. “Lo veo bien, porque dicen lo que piensan”, y eso exige, a su juicio, alguna solución de fondo, que debería pasar por “alguna votación en Cataluña”, en alusión, aunque no lo dijo directamente, a algún tipo de consulta. También chocó que pidiera una “salida racional” en el caso de que Carles Puigdemont decidiera regresar a España, y abogó por no permitir que los políticos presos pasen mucho más tiempo en la cárcel.

Cumplir con el sistema

La percepción en el Círculo Ecuestre, que preside Antonio Delgado y tiene como vicepresidente a Enrique Lacalle, organizador del ciclo sobre Barcelona, en el que se enmarcó la intervención de Garrigues, es que se pecó de “optimismo”, y que las cosas exigirán mucho más tiempo.

Pero el jurista liberal quiso ser fiel a sí mismo. Y le dio la vuelta a los recelos que sigue despertando Quim Torra. “Se está cumpliendo el sistema y eso es muy bueno. Usted ha violado mis derechos, yo reclamo al Tribunal Constitucional. Por tanto, estemos tranquilos, porque se están cumpliendo las normas básicas de la convivencia”, señaló, respecto a la voluntad de Torra de presentar un recurso ante el TC tras ser inhabilitado. Eso “significa que respeta” el sistema jurídico español.

Apoyo cerrado al monarca

Garrigues planteó mirar cara a cara al problema, no para resolverlo del todo, pero tampoco para “conllevarlo” a la manera de Ortega y Gasset. Pero en el ánimo del empresariado catalán está el de pasar página cuanto antes, y que el independentismo aparque sus pretensiones y se dedique de una vez a gobernar la Generalitat. Por eso, esta tercera vía catalano-española chocó con una realidad más prosaica en el viejo edificio del Círculo Ecuestre en la calle Balmes de Barcelona.

Más acorde con Garrigues se sintieron los asistentes cuando el jurista habló del problema judicial y de la monarquía. En el caso de la justica, señaló que no se puede admitir la resignación. “No podemos tolerar que haya instituciones como el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) que no se arreglen”. En cuanto a la monarquía hubo un cierre de filas, al entender que sería “una locura” cuestionar al rey Felipe VI. “Si queremos jugar con fuego, pongamos en riesgo nuestra monarquía parlamentaria, porque se trata de una monarquía que tiene tanta capacidad de éxito y de acción como cualquier otra monarquía parlamentaria, y la figura del Rey hay que valorarla de una manera muy especial”. Aquí sí, apoyo total.