Cenas de lujo y fiestas del 'embajador' catalán en Suiza investigado por acoso
Manuel Manonelles, denunciado por cuatro trabajadoras, nunca rindió cuentas en el Parlament sobre su agenda y sus gastos en la oficina de Ginebra
2 septiembre, 2020 00:00Escapadas a restaurantes de lujo en Lausanne, cenas regadas con vino a 80 euros euros la botella, comidas con diputados suizos, fiestas de 400 invitados… La diplomacia catalana en Suiza no ha escatimado en gastos desde que comenzó el procés. Manuel Manonelles participó en esas actividades en calidad de “embajador” en Suiza, un país convertido en epicentro de la propaganda independentista.
Lo hizo hasta el pasado mes de febrero, cuando cesó “por motivos personales”. Ahora se ha sabido que la propia Generalitat investiga al exdelegado catalán en el país helvético por supuesto acoso laboral, según han denunciado cuatro trabajadoras de la oficina en Ginebra. Dos de ellas pidieron la baja.
Recolocado como asesor en Presidencia
Pese a ello, Manonelles fue recolocado en la Consejería de Presidencia como asesor. Atrás dejaba una vida regalada en Suiza.
De las actividades de Manonelles en ese país se sabe gracias a las investigaciones realizadas por el Tribunal de Cuentas, el Juzgado de Instrucción 13 de Barcelona y Catalunya Peuple d’Espagne (CPE), una entidad dedicada a neutralizar la diplomacia independentista en el extranjero. Porque tanto este exdelegado como el resto de altos cargos situados al frente de esas oficinas --no confundir con las delegaciones comerciales, dependientes de la Consejería de Empresa-- nunca han comparecido en el Parlament para rendir cuentas de sus actividades. Es decir, para explicar a qué dedican los 7 millones presupuestados por el Govern para 2020.
Así, mientras el Tribunal de Cuentas destapó el gasto dedicado por la Generalitat a su Acción Exterior entre 2011 y 2017 en un informe que es un referente político y judicial en la materia, el Juzgado de Barcelona que investiga a los altos cargos implicados en el referéndum del 1-O --una instrucción paralela a la del Tribunal Supremo que derivó en condenas-- procesó a Manonelles por malversación, prevaricación y desobediencia. El eje de la investigación de Manonelles se centra en el expediente de contratación suscrito el 31 de agosto de 2017 entre la delegación de Suiza y The Hague Center para sufragar supuestos gastos de observadores internacionales el 1-O.
El azote de Catalunya Peuple d’Espagne (CPE)
Asimismo, CPE se ha convertido en el azote de la propaganda internacional del Govern en general, y de las actividades del exdelegado en el país helvético en particular, pues tras la fallida búsqueda de complicidades en las instituciones europeas, Carles Puigdemont trasladó el epicentro de sus ataques a España a Suiza. Y Manonelles ejerció de perfecto enlace, tanto en la organización de cenas y comidas para convencer a diputados suizos, como en fiestas para dar a conocer la causa catalana.
Uno de los primeros viajes que hizo la consejera de Presidencia de la Generalitat, Meritxell Budó, al asumir el cargo fue a Laussane, donde Manonelles la agasajó con una una cena en el restaurante Vieux Lausanne, donde las especialidades de la casa no bajan de 32 francos suizos y los platos principales alcanzan los 54 francos. Los precios de los vinos oscilaban desde los 33 francos hasta los 240 francos que cuesta un Ch. Pape Clément, Pessac-Léognan 2011.
Los gastos de la embajada
Ginebra, según los datos a los que ha tenido acceso Crónica Global, es una de las embajadas que más dinero gastó en 2017 --el año en que se celebró el referéndum independentista y se aprobó la declaración unilateral de independencia (DUI)-- en contratos, convenios y encargos: un total de 184.486 euros, de los que la mayoría, 182.486, fueron destinados a “otros trabajos realizados por otras empresas”. El resto se destinó a prensa, revistas, agua, energía y gastos en seguro.
Por los mismos conceptos, la oficina italiana gastó 80.254 euros y la de Estados Unidos,149.503 euros. Las cifras no incluyen otros conceptos, como el coste de personal. Manonelles, como el resto de embajadores, tienen el sueldo equiparado al de un director general, es decir, 87.456 euros al año.
El presupuesto de la oficina, según el Tribunal de Cuentas, asciende a 455.000 euros, del que un 5% iba destinado a actos protocolarios. En 2018, debido a la clausura de las delegaciones en aplicación del artículo 155 de la Constitución, el gasto se redujo sensiblemente (3.171 euros).
Una de las fiestas más llamativas de las organizadas por la Delegación de Ginebra tuvo lugar en la Diada de 2017. Se invitó a un total de 410 personas, entre misiones permanentes y Estados no miembros, organizaciones intergubernamentales, altos cargos del Gran Consejo y del Consejo de Estado, líderes de partidos políticos, miembros del Ayuntamiento de Ginebra y otras organizaciones con sede en Ginebra: ANC, el casal catalán, catalanes relevantes, catalanes en organizaciones internacionales, suizos del mundo académico, suizos relevantes, prensa, grupo de amistad parlamentaria Suiza-Cataluña, reporteros especiales, ONG...
De todos ellos, 250 acudieron con invitaciones personalizadas en papel y el resto por correo electrónico. Finalmente confirmaron la asistencia 62 personas. El coste del acto, que incluía el alquiler de las salas, el catering, el fotógrafo, un músico y las invitaciones ascendió al menos a 4.617,45 francos suizos (3.900 euros).
Sin duda, agasajar a los diputados suizos ha sido uno de los grandes objetivos de la diplomacia catalana. Ya en 2016 --cuando Manonelles no era todavía el responsable de la delegación, pero había ayudado a diseñar la red de delegaciones--, se organizaron varias cenas con diputados suizos para constituir un grupo de amistad sensibles al procés. En una de ellas “se tomaron ocho botellas de vino por un importe de 633 euros, siendo el importe individual de cada cena (191,50 euros) contrario a las normas sobre dietas y sobre gastos protocolarios, debiendo destacarse además que no consta, tal y como establecen dichas normas, los nombres de los comensales que participaron”, denunció el Tribunal de Cuentas.
Así se fraguó la llamada “Estrategia de Suiza 2017”.
Del 'coworking' a despacho propio
De la importancia que la Generalitat concede a ese país da cuenta el hecho de que su oficina de pasara del coworking --en la rue Cité 1-- a un despacho propio --en la calle Rousseau--. El traslado se celebró a finales de 2019 con una conferencia del vicepresidente del Parlament, Josep Costa --miembro del núcleo duro de Waterloo-- en la Universidad de Ginebra, quien se encargó de cuestionar la obediencia a leyes que no considera justas tras “la fractura de un contrato social entre Cataluña y España”.
El anfitrión de la sesión universitaria, a la que obviamente asistió Manonelles, fue Nicolas Levrat, tutor de la tesis doctoral de la exdiputada de la CUP fugada a Suiza Anna Gabriel. En 2018, Levrat asistió a un debate sobre la autodeterminación en Ginebra al que asistió Carles Puigdemont en el marco del Festival Internacional de Cine sobre Derechos Humanos.