La historia del Barça demuestra hasta qué punto este club se ha convertido en una pieza cotizada por los partidos políticos. El expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont no es ajeno a ello y ha puesto a su policía patriótica a investigar las interioridades de la entidad azulgrana, que afronta meses convulsos hasta las elecciones a la presidencia previstas para marzo de 2021. Las investigaciones paralelas al juzgado, así como el perfil de los inspectores de los Mossos d’Esquadra que estarían tutelando esas pesquisas, arrojan más sombras que luces a las injerencias del fugado.

Miquel Buch, el 'conseller' de Interior / EP

La investigación de la monitorización de redes sociales --el llamado por algunos medios Barçagate-- ha destapado movimientos cuando menos extraños por parte de los Mossos d’Esquadra, comandados por el consejero de Interior Miquel Buch y el hombre fuerte de su departamento, el secretario general, Brauli Duart. Indagaciones paralelas al margen del juzgado, algo procesalmente impropio, así como el controvertido perfil de los mandos policiales que las tutelan, hacen dudar de los intereses reales de las mismas y apuntan a maniobras del expresidente Puigdemont para tomar el control del club, que en marzo celebrará elecciones a la renovación de su presidencia.

 

 

Bartomeu anuncia que el Barça rescinde contrato con I3 Ventures, vinculada a una campaña de desprestigio de jugadores en redes sociales | EFE

Investigación paralela

Fuentes policiales no esconden su sorpresa ante la investigación paralela que los Mossos han abierto al margen de la que ya lleva a cabo la titular del Juzgado de Instrucción número 13 de Barcelona sobre esta cuestión. Según la policía autonómica, esas indagaciones paralelas responden a otras denuncias. Fuentes judiciales explican que “si hay un juez que investiga, los Mossos solo pueden investigar a las órdenes del juez o si lo hacen, deben comunicarlo inmediatamente al juez que tiene abiertas las diligencias, siempre que se traten de los mismos hechos o hechos conexos”.

Añaden que “cuando se judicializa un caso o interviene el juez por las razones que sean, Mossos y Fiscalía pierden la competencia y deben remitir todo lo actuado al juez para que éste continúe la investigación”.

¿Exceso de celo?

El Juzgado número 13 abrió las diligencias a raíz de una denuncia de ocho socios del Barça que forman parte del grupo Dignitat Blaugrana. Las mismas fuentes judiciales han expresado su sorpresa ante la decisión de la juez, que ya instó a la policía autonómica a acudir al estadio del Barça para recabar documentación sobre la empresa contratada para hacer seguimientos en las redes sociales --I3 Ventures-- en lugar de solicitarla directamente, que es el procedimiento más habitual. La denuncia viene encabezada por Ricard Faura --entrevistado recientemente por Culemanía--, quien asegura no tener intereses electoralistas ni voluntad de acusar a nadie.

El inspector de los Mossos encargado de coordinar la seguridad del Barça Lluís Miquel Venteo / EFE

Y aunque hasta ahora no hay ningún imputado, los Mossos abrieron otra segunda investigación en base a otras denuncias. Fuentes próximas al caso aseguran que la intención es propiciar registros en domicilios y despachos particulares. ¿Exceso de celo? ¿Evolución natural en cualquier diligencia judicial? La misma policía interviene por partida doble, pero en la segunda oportunidad siguiendo sus propias directrices, no las del juzgado.

El papel de los inspectores Ollé y Venteo

Del interés que parece tener el consejero Buch, veterano dirigente del partido de Puigdemont, da cuenta el perfil de los dos inspectores que pilotan esa investigación. Se trata de Jordi Ollé y Lluís Miquel Venteo, dos mandos que han ascendido puestos en el escalafón policial durante el procés.

Venteo acumula una larga experiencia como responsable de coordinar la seguridad del Barça. “Siempre ha viajado con el equipo, conoce muy bien a los Boixos Nois y demás personajes de la hinchada blaugrana más radical. Es una persona seria y profesional”, afirma una miembro de su entorno. Llegó a compaginar ese cargo en el club con la jefatura de la ARRO (Área de Recursos Operativos) en Barcelona. “Venteo se equivoca estrepitosamente si se involucra en las cuestiones internas del FC Barcelona. Su trabajo no tiene nada que ver con eso, sino con la seguridad del estadio, los aforos, los hooligans, etc”, precisa esta persona cercana al inspector.

Venteo, contra Bartomeu

Sin embargo, las relaciones de Venteo con el presidente Josep Maria Bartomeu han sido complicadas, ya que llegó a cuestionar la gestión de la directiva del Barça en el control de los grupos violentos. Según publicó El Triangle, el inspector mantiene buenas relaciones con la empresa Barna Porters Seguridad SL, que la actual directiva descartó contratar.

Igualmente complicado es el pasado de Jordi Ollé que, según fuentes sindicales, siempre ha querido colocarse como enlace en el Barça. El inspector fue noticia hace seis años, cuando la Audiencia de Girona ordenó investigar el uso que hizo a título personal del velero británico Alfresco, requisado en junio del 2007 a unos narcos. Ollé está llamado a ser el director de la nueva área de policía marítima de los Mossos, proyecto que se retrasa un año. Mientras, estaría formando tándem con Venteo en esas pesquisas sobre el Barça.

Injerencias en las cuestiones del club

“Todos los clubes de Primera tienen asignado un responsable policial que vela por la seguridad, no de las cuestiones del club, sino de la seguridad antes, durante y después de los partidos, y se ocupa de dimensionar los dispositivos en función del riesgo que tengan. Quien señala el riesgo es la Liga o la UEFA en las competiciones europeas”, explican técnicos en seguridad. Ese mando viaja con el equipo y asesora a las policías de los equipos locales sobre sus hooligans. Controlan los temas de reventa de entradas, vigilan que no entren personas condenadas con penas de alejamiento de los estadios... “Pero nada relacionado con la seguridad del club”, insisten.

El sargento de los Mossos Lluís Escolà (i) ejerció de escolta de Carles Puigdemont tras su fuga / EFE

La historia blaugrana demuestra que los partidos políticos siempre han intentado controlar el FC Barcelona. Puigdemont no es ajeno a ello y, como se ve, está moviendo sus piezas hasta el punto de hacer extensiva su policía patriótica, la que le sirvió de escolta durante su fuga, a las interioridades del Barça. La Fiscalía de la Audiencia Nacional ha pedido una condena de tres años de cárcel para los dos mossos que acompañaban a Puigdemont cuando fue detenido en Alemania en 2018. Asimismo, el consejero Buch es investigado por el Tribunal Superior de Justicia por contratar al sargento Lluís Escolà como asesor en materia de sistemas de seguridad, con una retribución anual de 60.000 euros, cuando en realidad realizaba funciones de protección o de escolta del expresidente.

TV3, Roures, Laporta...

Asimismo, el polémico documental El caso Rosell, por el que el director de TV3 Vicent Sanchis tuvo que dar explicaciones en el Parlament, acusado de censurar las alusiones a los casos judiciales que afectan al dueño de Mediapro, Jaume Roures, llevaron a los medios deportivos a poner el foco en el pasado de los protagonistas de esta historia, así como en las ramificaciones políticas: Roures, enfrentado con Sandro Rosell y Josep Maria Bartomeu después de que Mediapro perdiera los derechos de emisión; Sanchis, director de Barça TV durante la etapa de Joan Laporta como presidente del club; y Jordi Finestres, el exjefe de prensa de Laporta, fichado por Puigdemont.