Patinazo de Barcelona Cicle de l'Aigua (BCasa), la empresa con la que el Ayuntamiento de Barcelona gestiona alcantarillado y fuentes ornamentales y que estaba llamada a ser el mascarón de proa de una fallida remunicipalización del servicio del agua. La empresa pública que dirige el concejal Eloi Badia encargó la reforma de una piscina urbana por 540.000 euros. Tras el final de obras y la reapertura, la instalación ha tenido que cerrar porque es peligrosa: los niños se cortan con el alicatado del fondo.
Lo han denunciado fuentes de la oposición municipal, que han criticado el hecho de que el lago del parque de la Creueta del Coll de Barcelona tenga que someterse a más renovaciones --y cerrar parcialmente-- tras reabrir a mediados de julio. "La piscina estuvo inactiva durante dos veranos por trabajos de remodelación. Ahora que está reformada, es peligrosa para los niños. Todo ello tras una importante inyección de dinero público de BCasa, que no ejecuta inversiones con frecuencia. Hace una y la hace mal", lamentan.
BCasa gastó 540.000 euros en la reforma
El importante gasto se centra en, concretamente, los 541.949,06 euros con IVA que gastó Barcelona Cicle de l'Aigua en reformar la zona urbana de baño. La empresa pública adjudicó los trabajos a Voracys SL, una empresa de obra civil. De hecho, en las cuentas de Barcelona de Serveis Municipals (B:SM), el conglomerado de empresas municipales de Barcelona, la reforma del lago de la Creueta del Coll contaba con un presupuesto de 599.601,58 euros.
Ese presupuesto no ha sido suficiente. La reforma para convertir la laguna en piscina y, de paso, acabar con las filtraciones al subsuelo han sido chapuceras. El fondo de la zona de baño corta los pies de los bañistas, por lo que la instalación ha tenido que cerrar. La clausura supone que el lago de la Creueta del Coll estará cerrado por tercer verano consecutivo por, primero, demoras en las obras y, después, trabajos imperfectos.
Polémica empresa
El pinchazo de 540.000 euros de Barcelona Cicle de l'Aigua (BCasa) recae sobre el despacho de Eloi Badia, concejal de Transición Ecológica y Emergencia Climática. Por dos motivos. Uno, porque el edil es presidente de la empresa participada al 100% por el Ayuntamiento de Barcelona. Y dos, porque el electo es también responsable del distrito de Gràcia, donde se encuentra el área de baño y la zona verde que la rodean.
La chapuza de BCasa supone también una nueva mácula en la hoja de servicios de la empresa con la que BComú trató de hacerse con el servicio de agua en la Ciudad Condal, en vano. Como avanzó este medio, la enseña municipal tiene más directivos que trabajadores. Asimismo, su gestión financiera es deficiente: pierde unos 40 millones de euros al año. Pese a esta situación económica, la sociedad no ha reparado en gastos sobre informes acerca del servicio público de agua, una de las obsesiones de Badia.