La carga de los Mossos d'Esquadra contra un grupo de manifestantes independentistas que intentaba boicotear la visita de los Reyes de España al monasterio de Poblet (Tarragona) ha suscitado el rechazo de los dirigentes de la Generalitat, de los cuales depende la policía catalana. Empezando por el propio Quim Torra.
Con la pandemia de coronavirus descontrolada en buena parte de Cataluña, el todavía president del Govern independentista ha dedicado parte de su tiempo a reclamar "un informe completo sobre los incidentes" al comisario jefe de los Mossos, Eduard Sallent, para conocer con exactitud lo que, al parecer, considera un agravio.
Las contradicciones de Torra
Según fuentes de Presidencia del Ejecutivo autonómico, Torra ha hablado con Sallent --presente en Poblet-- para saber "todos los detalles" de la intervención policial. "Ha recordado que los Mossos tienen entre sus funciones garantizar el ejercicio de derechos fundamentales como el de manifestación o el de libre expresión", concretan dichas fuentes, mientras en ciudades como Barcelona la misma Generalitat prohíbe las reuniones de más de diez personas para evitar contagios por la pandemia.
El mandatario posconvergente se muestra muy preocupado por los golpes de porra que la policía catalana ha propinado a algunos manifestantes de la concentración independentista que, al parecer, intentaban saltarse el cordón policial que les impedía acceder al monasterio durante la visita de los Reyes. Además, uno de ellos ha sido detenido. Torra, en cambio, no ha mostrado inquietud ante el evidente riesgo de contagios que una movilización como esa pueda causar entre la población tras los rebrotes surgidos en el territorio catalán por la mala gestión de su Govern.