¿Es posible analizar la realidad lingüística catalana fuera del fragor mediático y político? Un grupo de profesoras universitarias pertenecientes al ámbito de la filología y la antropología aseguran que sí. Y se han embarcado en el proyecto Ciutat Plurilingüe. Entre sus objetivos destaca fomentar las lenguas maternas en las escuelas y demostrar que la diversidad lingüística no es una amenaza a la lengua del territorio. Advierten de que no siempre la integración lingüística de quienes vienen de fuera garantiza la integración socioeconómica.
“Las reacciones a Drama (la serie bilingüe de TV3 que ha causado una gran polémica) o al uso de expresiones castellanas en una canción catalana como la de Rosalía del año pasado no creo que sean formas muy efectivas de incluir aquellos hablantes que tienen una historia personal entre castellano, catalán y quizá muchas otras lenguas. Los hablantes reales somos así, lo demás es ficción”, explica a Crónica Global la investigadora Charo Reyes Izquierdo, filóloga y doctora en Antropología, especializada en políticas lingüísticas, con 15 años de experiencia en el campo de la enseñanza de lenguas.
Europa Sense Murs
Reyes ha sido la impulsora de este proyecto junto a Silvia Carrasco, profesora titular de Antropología Social de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB), fundadora del grupo Emigra y especializada en migraciones, educación y desigualdad. Cuenta con otras colaboraciones, entre ellas Gaby Poblet, antropóloga y consultora, fundadora de Europa Sense Murs.
“Este proyecto surge de Europa Sense Murs. Una entidad que apoya la transferencia del conocimiento académico en temas de migraciones y desigualdad para un público no especializado. La idea fue trasladar y aplicar resultados de la investigación internacional sobre multilingüismo a un público más amplio, sobre todo las perspectivas actuales sobre plurilingüismo y educación que no acaban de penetrar en las sociedades receptoras de inmigración”, explica Reyes.
Con financiación del Ayuntamiento de Barcelona y el apoyo del grupo de investigación Emigra “iniciamos el proyecto de crear un portal para mostrar buenas prácticas y experiencias basadas en el enfoque plurilingüe, realizadas en la ciudad de Barcelona y en otras ciudades europeas”.
¿En qué consiste ese enfoque? “Aboga por el reconocimiento del uso de todas las lenguas de una persona para crear una comunicación exitosa. Instituciones como el Consejo Europeo se han alejado en las últimas décadas de visiones más tradicionales de la lengua que se esforzaban por marcar los límites entre los diferentes idiomas y se orienta más hacia qué hacen los hablantes con todos los recursos comunicativos que tienen”.
Las investigadoras profundizan en lo que ellas denominan fantasmas del plurilingüismo. “Una idea que se recoge a menudo en la opinión pública es que el bilingüismo no refleja una convivencia harmónica entre lenguas, sino una situación conflictiva en la que hay una constante tensión entre una lengua que se intenta imponer a otra”, añade Reyes.
Admite que es un debate complejo. “Hay una idea de que las identidades nacionales son uniformes, sea en un país como Estados Unidos o en un territorio como Cataluña y bajo ese paradigma el contacto entre lenguas es fácilmente visto como contaminante y amenazador. Pero para un hablante que ha constituido su forma de hablar a base de diferentes inputs, a base de estar en contacto con diferentes lenguas, decirle que su bilingüismo (o multilingüismo) tiene toda esta carga negativa es casi decirle que su forma de comunicar, de mostrarse al mundo, es errónea”.
Sin embargo “vemos que si se mezclan algunas lenguas, no tiene la misma carga negativa que si mezclas otras. Nos tenemos que preguntar por qué algunas mezclas son contaminantes y otras son graciosas o hasta cool, pero, sobre todo, nos tenemos que plantear qué prácticas comunicativas pueden representar una barrera para el hablante para poder acceder a espacios de participación”.
300 idiomas en Barcelona
Los 392.000 residentes extranjeros de Barcelona pertenecen a 175 nacionalidades y hablan un total de 300 idiomas. De ahí que la webde Ciutat Plurilingüe pueda traducirse a 104 idiomas.
“El plurilingüismo a menudo se entiende como menos amenazante que el bilingüismo. En un contexto como en el de Cataluña es más fácil empatizar con la inclusión de las lenguas familiares cuando éstas responden a lenguas también minorizadas o que pierden su estatus de origen en el país de recepción. Sin embargo, si la idea de fondo es que la identidad nacional es uniforme, pueden verse igualmente como una amenaza y no entender bien las prácticas de los hablantes que son muchísimo más sofisticadas que las representaciones simplificadas que se hacen de ellas”.
¿Cómo debería ser entonces el modelo lingüístico en las escuelas catalanas? “Un modelo lingüístico que considere todas las lenguas como recursos comunes y pertinentes en la escuela y la sociedad de quienes las hablan, que nunca supongan una barrera para nadie a la hora de acceder a la plena participación y a los recursos de la sociedad. Pero esto debe ser en Cataluña, Madrid o Hampshire”, afirma la experta.
"Ni un enfoque monolingüe"
“No creo que sea realmente efectivo ni un enfoque monolingüe –añade--, ni un tratamiento aislado de las lenguas, ni la idea inocente, aunque bienintencionada, de que acceder a ciertas lenguas te garantiza la plena participación en la sociedad por encima de otras
La investigación lleva décadas reclamando la necesidad de conectar lo que se aprende en los hogares con lo que se aprende en la escuela, esto incluye las lenguas familiares”.
¿Qué opina esta experta sobre el rechazo a que el castellano sea también lengua oficial en Cataluña? “Pues yo preguntaría qué mensaje se está dando y qué impacto tiene esta posición en la población catalana que habla principalmente castellano, el 48.6% (EULP, 2019). Por otro lado, las instituciones gubernamentales deberían encontrar fórmulas que recojan la sensibilidad de la mayoría de la población, así como garantizar los derechos fundamentales de toda la población, adaptándose a los nuevos cambios”.
Cita a Katherine Woolard, reconocida antropóloga lingüística especializada en el contexto catalán, quien en 2016 escribió el libro Singular and plural: Ideologies of linguistic authority in 21st century Catalonia, en el que concluía que la lengua catalana había conseguido fortalecerse, incorporando nuevos hablantes por ser capaz de mostrarse como una lengua local y global a la vez.
“Sin embargo, su posición más optimista se basa en una investigación llevada a cabo alrededor del 2008, pero ahora nos deberíamos preguntar si proponer la limitación de la oficialidad al catalán ayuda o más bien disuade esa incorporación de nuevos hablantes. A mí personalmente me gusta mucho el enfoque del equipo de investigación de Cecilio Lapresta en Lleida, ellos hablan de las posibilidades que dan las experiencias positivas de integración social para incorporar más hablantes del catalán en lugar de un enfoque a la inversa donde el uso de una lengua se valora como indicador de integración social.”, precisa Reyes.
¿El catalán, amenazado?
Y la pregunta que más debate genera: ¿El catalán está amenazado? “El estado de salud de la lengua catalana no es mi especialidad, pero buena parte de la sociolingüística catalana en la última década se ha mostrado más optimista que pesimista. Los últimos análisis de la encuesta de usos lingüísticos de la población (EULP) recogen cierto descenso de los usos del catalán (también del castellano, aunque en menor medida), pero lo explican sobre todo por cambios demográficos", dice la investigadora.
"Que el catalán es una lengua en una posición más vulnerable que lenguas como el inglés o el castellano no es discutible, sin embargo, tampoco se puede comparar con otras lenguas minorizadas que no tienen ningún protagonismo en las instituciones públicas", concluye.