Los ministerios de Sanidad y Educación han presentado varias recomendaciones de cara a la próxima vuelta al curso escolar en un documento que busca "ofrecer un marco común que pueda ser adaptado en cada comunidad y ser implementado según la realidad de cada centro", tal y como han comunicado fuentes del Gobierno.

Un trabajo que no ha sentado nada bien a los miembros de la Generalitat, quienes han mostrado su "radical malestar" con Educación por haber tirado hacia adelante el informe "sin haberlo debatido antes", invadiendo competencias y sin escuchar a expertos en salud pública.

El informe de la discrodia

El ministerio dirigido por Isabel Celaá quiere que el el próximo curso empiece de forma segura presencial, por lo que ha presentado un informe que incluye, entre otras medidas, que los alumnos de hasta 10 años se establezcan en grupos estables y no necesiten guardar distancia de seguridad ni llevar mascarilla.

El consejero de Educación, Josep Bargalló, se ha mostrado indignado con este trabajo y ha asegurado en un tuit que "el Ministerio no tiene ninguna capacidad normativa sobre todo esto, ni con estado de alarma y aún menos sin. El curso 2020-2021 lo programaremos desde nuestras competencias sanitarias y educativas y escuchando el mundo local, la comunidad educativa y a los expertos en salud pública".

Habitual en el Gobierno

Fuentes del Departamento de Educación han reconocido el malestar "por el comportamiento del Estado de filtrar, a través de notas de prensa, temas que aún no se han debatido. Y más cuando quien tiene las competencias fuera del estado de alarma es el Govern".

"La práctica de hacer notas de prensa y filtrar borradores el día antes de las reuniones es habitual en el gobierno de Pedro Sánchez. Pero, no se saldrán con la suya", ha añadido Bargalló. El documento se expondrá hoy a las comunidades autónomas, para que hagan sus aportaciones, en la Conferencia Sectorial educativa que presidirá la propia ministra, Isabel Celaá.