Insultar al adversario político sube enteros en Junts per Catalunya. ¿Libertad de expresión? “Subnormal”, “puta rata” y “fascista” forman parte de la colección de improperios que la nueva presidenta del Consejo Comarcal de l’Alt Urgell, Josefina Lladós, ha dedicado a otros dirigentes políticos. Dispara a diestro y siniestro, porque quienes son objeto de la incontinencia verbal de la dirigente local neoconvergente son ERC, PSC, Ciudadanos y Podemos.
A finales de mayo, la periodista Lladós, alcaldesa de Ribera d’Urgellet, fue propuesta por Junts per Catalunya (JxCat) para sustituir a Miquel Sala al frente del Consejo Comarcal, donde deberá compartir gobierno con quienes ha vituperado, y de qué manera, en las redes sociales. Tras la renuncia de Sala por “motivos personales” --algunas fuentes hablan de problemas de gestión durante la pandemia--, asume el cargo Lladós, quien se define como puigdemontista, aunque hubo un tiempo en que se presentó en las listas de ERC. Ahora dice sentirse más cómoda con JxCat.
Este ente supramunicipal, que maneja un presupuesto de 10 millones de euros y que se dedica a ofrecer servicios a los 19 municipios de la comarca, se financia principalmente de los recursos que destina la Generalitat, pero en los últimos años han aumentado los ingresos procedentes de la Diputación de Lleida.
Un cargo público importante, el de Josefina Lladós, que vuelve a reabrir el debate sobre la capacidad de determinados políticos para asumir esas responsabilidades con esos precedentes de supremacismo y agresividad verbal. Un debate que también surgió tras la toma de posesión de Quim Torra como presidente de la Generalitat, pues había sido autor de escritos muy ofensivos dirigidos a los españoles, a los que calificaba como "bestias con forma humana".
Su compañera de partido ha ido más allá y el rosario de insultos en las redes sociales es largo. Igualmente comprometido es el blog que comparte con su marido. Bajo el título En mi país, las putas no hablan en catalán…. Los camellos tampoco, con fecha del 16 de diciembre de 2016, la alcaldesa reproduce una palabras de la escritora y tertuliana Empar Moliner, quien se lamenta de que en Madrid, un taxista y un catedrático hablen en la misma lengua, mientras que en Cataluña eso no ocurre.
En Twitter es donde Lladós, envalentonada con un pseudómimo @calrèflex arremete contra todo aquel que discrepa de su ideología. Al primer secretario del PSC, Miquel Iceta, le llama “miserable” y “puta rata”, y a la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, “ladrona carcelera”. Al diputado del PSC, Òscar Ordeig, le describe como "carcelero, cínico, hipócrita, sectario, vividor, vasallo, renegado, traidor y cómplice del caciquismo".
Al portavoz de ERC en la Cámara Baja, Gabriel Rufián, le califica de “rata”, mientras que al rambién republicano Joan Tardà le describe como un traidor.
Para la alcaldesa, los miembros de Ciudadanos y Manuel Valls son “fascistas”, mientras que al dirigente de Podemos, Pablo Echenique, le tilda de subnormal.