El Govern de la Generalitat, que preside Quim Torra, ha articulado toda su estrategia en relación a la pandemia del coronavirus en torno a la petición de un confinamiento total. En cada intervención pública, el propio Torra y la portavoz del Ejecutivo, Meritxell Budó, o el consejero de Interior, Miquel Buch, recuerdan que han pedido al Gobierno de Pedro Sánchez esa medida. Y se refieren a un manifiesto de 70 científicos que consideran esa posibilidad. Pero no hay un consenso de la comunidad científica sobre ello, y ya han aparecido algunos miembros muy críticos.
Es el caso de Miquel Porta, catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública de la UAB, médico e investigador, que trabaja en el Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas (IMIM) de Barcelona. Porta es directo: “La posición de Torra no se basa en ningún argumento científico”, afirma en conversación con Crónica Global. Porta añade que los firmantes de ese manifiesto “se dejan utilizar por la retórica política de Torra” y, lo hayan buscado o no, --“algunos están encantados de que sea así”, dice-- han dado munición al independentismo para agarrarse a algo y marcar pecho frente al Estado.
Sin base científica
Esa posición se traducirá este miércoles en una abstención por parte de Junts per Catalunya y de ERC en el Congreso en la votación sobre la decisión del Gobierno de Pedro Sánchez de alargar dos semanas más el estado de alarma.
En el manifiesto, suscrito por 70 científicos, --unos pocos lo redactan y luego se buscan las firmas, como suele ocurrir en este tipo de iniciativas-- se apuesta por el llamado confinamiento total. Uno de los impulsores es Bonaventura Clotet (IrsiCaixa-Institut de Recerca Germans Trias i Pujol), junto con Oriol Mitjà, del Institut de Recerca Germans Trias i Pujol. Mitjà ha llegado a pedir la dimisión de Fernando Simón, el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias. Para Miquel Porta ese documento “no es científico, en absoluto. Lo primero que se debe hacer es publicarlo en una revista científica y, luego, difundirlo y trasladarlo a quien se desee, pero se parte de una cuestión que es primordial”.
¿Y la situación global institucional?
La idea, a juicio de Porta, es que se puede controlar un área determinada, como investigador o científico. Pero “la gestión de una pandemia es otra cosa, porque están en juego otros elementos y lo más importante es el tejido institucional”. Es decir, nunca se deberían tomar decisiones, a su juicio, únicamente porque un puñado de científicos, o de profesionales de una determinada área, adopten un posicionamiento concreto. Es la globalidad de la situación la que debe contar.
Uno de los firmantes, Carlos Chacur, no pudo concretar en qué se debía traducir ese confinamiento total en una entrevista en la Cadena SER. Señaló que se trataba, también, de adaptar la situación a las características “culturales” de cada sociedad, cuando se refirió al Reino Unido, que está lejos de adoptar decisiones como las de España, aunque su primer ministro, Boris Johnson, se va acercando cada día. En contraste con esa posición se pronunció Francisco Bolumar, del grupo de investigación en Salud Pública en la Universidad de Alcalá de Henares: “Sigo sin entender a qué se refieren los que piden una confinación total”, precisó.
Retirada de firmas
La viróloga Margarita del Val, del CSIC, ya ha retirado su firma del manifiesto, al darse cuenta de cómo lo ha utilizado el independentismo. La jefa de Epidemiología en el Hospital del Vall d’Hebron, Magda Campins, se pronunció a favor de las medidas que ha ido tomando el Gobierno español en una entrevista en el TN de TV3 de este martes. Las preguntas, de la periodista Ariadna Oltra, enfocadas en buscar distancias con el Ejecutivo, acabaron derivando en un reconocimiento de Campins de que ella, inicialmente, era partidaria de un confinamiento total, pero que si en los próximos días la curva de afectados y fallecidos comenzaba a mejorar, entonces se avalaría la decisión tomada, que es prácticamente ya una confinación, en la que sólo están activos los sectores productivos indispensables para el funcionamiento del país.
La consigna, sin embargo, del Govern es únicamente esa: marcar distancias con el Gobierno español. Para Porta, el objetivo político es claro. En el blog del filósofo Salvador López, que ha reflejado una entrevista con Miquel Porta, se señala ese fin con claridad.
"Indecencia"
A la pregunta sobre si un manifiesto es un canal para la comunicación científica, el profesional del Hospital del Mar lo clarifica: “No, no lo es. El manifiesto en cuestión busca adhesiones y busca jugar un papel (que puede estar justificado en otras ocasiones y para determinadas finalidades) en el juego mediático-político. Cuando se buscan adhesiones, se priorizan otras cosas, no la comunicación científica ni el pensamiento crítico. Nadie puede engañarse. Estos temas son esenciales para la calidad democrática de una sociedad y para la efectividad de nuestra respuesta social, sanitaria y científica a la pandemia. Pues además, conviene no olvidarlo, está el peligro de que el investigador ingenuo y de buena fe (y conozco algunos entre los firmantes) sea usado en beneficio de determinadas opciones políticas o ideológicas. En el caso del manifiesto de los 70 científicos, por el secesionismo o el independentismo, que son opciones legítimas, pero cuyos intentos de aprovecharse de la pandemia son indecentes y muy dañinos”.
A juicio de Porta, los firmantes “no saben de salud pública ni el manifiesto tiene ningún carácter científico”. Se ha tratado de una toma de posición que sirve a los intereses de Torra y de buena parte del Govern de la Generalitat. Otra cosa es, para Miquel Porta, que se haya actuado con prevención, por parte de la trama institucional sanitaria, con el objeto de dar servicio a una carga más grande de trabajo, con una epidemia como el coronavirus. Y lo achaca a la falta de implementación, por parte de los últimos gobiernos del Estado, a una ley del Gobierno de Rodríguez Zapatero.