Primer round preelectoral en el mejor escenario posible, el Parlament. La comparecencia de los presos independentistas en la Comisión de Investigación sobre la aplicación del artículo 155, celebrada en la Cámara catalana, permitió ayer visualizar tanto las estrategias de los partidos independentistas como sus posibles alianzas.
La legislatura, agotada según reconocen fuentes de Junts per Catalunya (JxCat) y ERC, y que la oposición política se ha encargado de recordar esta semana tras el enésimo choque entre los dos socios del Govern, tiene sus días contados. Y mientras JxCat defiende una ruptura que solo secunda la CUP, Esquerra insiste en un mensaje conciliador. El tiempo dirá si las amenazas de los primeros y la apuesta por el diálogo y la construcción de “un país sin exclusiones” de los segundos es real. Buscado o no, los condenados abundaron en los argumentos postprocesistas de sus respectivas formaciones.
Los matices de los discursos
Así, mientras Oriol Junqueras y Raül Romeva abanderaban el “diálogo incluso con quienes aplaudieron nuestra prisión”, Jordi Turull y Josep Rull no disimularon el rencor que sienten ante un Estado que consideran heredero con reminiscencias franquistas. Obviamente, hubo matices en las intervenciones de los comparecientes, siendo Joaquim Forn --el neoconvergente debe testificar en el juicio contra el exjefe de los Mossos, Josep Lluís Trapero-- y Dolors Bassa --la exconsejera republicana ha admitido que no le apetecía ir a la comisión de investigación--, los más tibios. Turull, muy duro, intentó sonrojar a los republicanos apelando a la recomposición de la unidad independentista tras lo ocurrido 24 horas antes en la Cámara catalana.
La presencia de los reclusos, que levantó una enorme expectación mediática, tuvo lugar un día después de que JxCat y ERC agrandaran el abismo existente entre ambos. El desencadenante fue la decisión del presidente del Parlament, Roger Torrent (ERC), de ejecutar la orden de la Junta Electoral de retirar el escaño al presidente de la Generalitat, Quim Torra. Esto es, dejarle sin voto. La respuesta de JxCat fue arropar a su dirigente y amenazar con no ejercer el voto en ningún plenario, incluido el que debatirá los presupuestos de la Generalitat de 2020.
Alianzas
Unos presupuestos que, en realidad, son producto de las negociaciones entre el vicepresidente económico, Pere Aragonès, y Catalunya en Comú Podem, que dejaron fuera de juego a JxCat, contrarios a la reforma fiscal que contienen. Republicanos y comunes volvieron a visualizar su entente durante el discurso de los presos, pues ambos destacaron el avance que supone que el Gobierno, tras las negociaciones sobre la investidura de Pedro Sánchez, haya reconocido que existe un conflicto político en Cataluña. Tanto Junqueras como el diputado de los comuns, Marc Parés, aludieron a ello, así como en a la necesidad de encontrar soluciones.
Por el contrario, los reclusos de JxCat contaron con el apoyo de la CUP, cuyo portavoz, Carles Riera, lanzó puyas contra Junqueras, pues entiende que los republicanos deberían haber defendido los derechos políticos de Torra y permitirle votar en el Pleno celebrado ayer.
La prudencia de PSC
Dicho de otra manera, la formación pilotada por Carles Puigdemont, tal como publicó Crónica Global, está frenando a Torra, que quiere elecciones, mientras acentúa su perfil más rupturista, mientras que ERC y los comuns tiran de su condición de fuerzas de la izquierda, a modo de preámbulo de un acuerdo postelectoral que, de momento, el PSC mira desde el burladero. Los socialistas no acudieron ayer a la Comisión de Investigación, que tildan de instrumento de propaganda independentista. Y aseguran que el 155 fue imprescindible. Su ausencia les permitió ocultar complicidades e incoherencias: su pacto con los comunes en el Ayuntamiento de Barcelona resulta contradictorio con el que mantienen en la Diputación de Barcelona con JxCat. Una geometría variable extensiva a otros consistorios.
De hecho, todos los partidos quieren ganar tiempo, pero la última palabra la tiene el propio Torra, que en calidad de presidente, es el competente para convocar elecciones.