Golpear donde más duele antes. Tras dos prórrogas presupuestarias, el partido de Quim Torra está dispuesto a conducir a Cataluña a una tercera, pues avisan de que no piensan votarlos. Así quiere Junts per Catalunya (JxCat) vengarse de los republicanos quienes, ayer, propiciaron que el presidente catalán se quedara sin escaño y, en consecuencia, sin poder votar en el Parlament. ¿Cumplirán sus amenazas? Lo cierto es que solo hay una salida a la situación de bloqueo que ayer se produjo en la Cámara autonómica: una convocatoria de elecciones anticipadas en Cataluña. Lo dice la oposición, pero también sectores internos de JxCat y de ERC.
En solidaridad con Torra, los neoconvergentes anunciaron que no participarían en ninguna votación. Ese veto ya ha dado sus frutos pues, en un Pleno convulso y bronco --con división independentista, los diputados de Ciudadanos llamados al orden por llamar "delincuente" a Torra...--, los presupuestos del Parlament no salieron adelante.
El desencadenante
El desencadenante de esta situación fue la decisión del presidente del Parlament, Roger Torrent (ERC) de acatar la orden del secretario general de la Cámara catalana, Xavier Muro, encargado de notificar la ejecución de la inhabilitación decretada por la Junta Electoral contra Torra.
Xavier Muro ordena retirar el acta de diputado a Torra / EUROPA PRESS
Hasta ahora, los socios de JxCat se habían resistido a desobedecer. Y ayer aguantaron la presión, pues Torrent optó por suspender temporalmente el voto del president. La legislatura catalana acaba igual que comenzó: con ERC evitando incumplir abiertamente el ordenamiento jurídico. Torrent evitó que Carles Puigdemont fuera investido presidente. Ahora ha señalado la puerta de salida a Torra.
La colisión ha sumido a Cataluña en el caos, pues JxCat ha asegurado que “si Torra no es diputado, no puede haber Govern ni presupuestos”. Pero tampoco ofrecen una alternativa, más allá de perpetuar ese bloque institucional. El Pleno del Parlament se ha suspendido hasta la próxima semana, cuando se someterá a votación la propuesta de resolución de JxCat en la que se pide desautorizar la orden de Muro.
La postura de ERC y la oposición
Ni Esquerra ni la oposición piensan votar a favor, pues en realidad, lo que pretenden los neoconvergentes es obligar a Torrent a desdecirse. Eso no va a ocurrir. “Hemos llegado hasta aquí, la suspensión temporal del voto de Torra era una buena solución. Ellos deben decidir ahora qué hacen”, explican fuentes republicanas.
Impedir que se aprueben los presupuestos de 2020 supone para JxCat culminar ese rechazo expresado públicamente cuando el vicepresidente económico Pere Aragonès pactó una reforma fiscal con Catalunya en Comú-Podem. “No es nuestro modelo de país”, dijeron ante la subida de impuestos. El tiempo dirá si Torra lleva a cabo esa venganza contra ERC, cuyas cuentas tienen el apoyo de los comunes y que quiere pasar página de esta legislatura perdida con un buen historial de gestión.
Las posibles alianzas
Ayer, el grupo liderado por Jéssica Albiach repitió casi al dictado la postura de los republicanos, contraria a las “desobediencias simbólicas que a nada conducen”. Toda la oposición pide a Torra que se marche, porque “esto ya no da más de sí”. Pero Puigdemont se resiste a que le marquen el paso: sabe que un posible tripartito de izquierdas --con el PSC apoyando desde fuera del Govern-- está en ciernes. Y JxCat solo tiene como aliado a los antisistema, de los que no se fían y, además, no les garantizan una suficiente mayoría.
Hace tiempo que la legislatura está agotada y los proyectos gubernamentales, paralizados. Más de una treintena de instituciones catalanas, las que Torra dice querer preservar, están pendientes de renovación. Y aunque ayer prosperaron los presupuestos del Consejo de Garantías Estatutarias y de la Sindicatura de Cuentas --con mandatos caducados--, no fueron aprobados ni los del propio Parlament ni los del Síndic de Greuges.