El secretario de Organización del PSC, Salvador Illa, ocupará el Ministerio de Sanidad en el Gobierno de coalición que se anunciará de forma oficial este lunes. Se confirma de este modo que los socialistas catalanes tendrán más presencia en el nuevo Ejecutivo liderado por Pedro Sánchez, y lo harán en una cartera que también tiene un perfil emocional. El último catalán que ocupó esta responsabilidad fue Ernest Lluch, asesinado por ETA en el año 2000.
Illa es un político próximo al presidente del Gobierno. Su confianza le llevó a ser una voz esencial en el equipo de negociación que negoció con ERC para facilitar su abstención en la investidura. Fuentes socialistas señalan que ha tenido una incidencia destacada en el pacto que se ha conseguido cerrar.
Político discreto
Desde el momento en que se sentó de forma pública en la mesa con los republicanos saltaron los rumores de que formaría parte del Ejecutivo en ciernes. Con todo, ha sido él mismo quien ha echado balones fuera sobre su futuro político. Este mismo miércoles negaba haber recibido una oferta de Sánchez en una entrevista en RAC1.
Según sus allegados, esto se enmarca en su discreción habitual. No rehuye a la prensa, pero no es un político dado a las declaraciones polémicas. Los mismos interlocutores destacan que cuenta con experiencia de gestión pública más allá de estar en la cocina del PSC. Fue alcalde del La Roca del Vallès (Barcelona) en dos etapas (del 1995 al 1999 y del 1999 al 2005). Dejó esta responsabilidad para ocupar la dirección general de la gestión de Infraestructuras del Departamento de Justicia en la etapa final del primer tripartito, cuando Pasqual Maragall ocupaba la presidencia.
Sustituto de Carcedo
Illa recogerá el testigo en el departamento de María Luisa Carcedo. El PSOE ya había avanzado la marcha de la hasta ahora ministra de Sanidad, que en el Ejecutivo que echará a andar el próximo lunes no tiene adheridas ni las responsabilidades de dependencia ni las de consumo. La primera recaerá en la vicepresidencia ocupada por Pablo Iglesias y para el segundo ámbito se ha creado un ministerio ad hoc ocupado por el líder de Izquierda Unida, Alberto Garzón.
Carcedo asumió esta responsabilidad tras el escándalo de Carmen Montón, que dimitió tras ser acusada de plagiar su trabajo de fin de máster en la Universidad Rey Juan Carlos. Entre los momentos más críticos de la legislatura acabada se encuentra la gestión del brote de listeria en Andalucía, que afectó a más de 200 personas y dejó a varios fallecidos, además de abordar el debate sobre el acceso a la atención sanitaria de las personas inmigradas de forma irregular.
Será Illa el que deba concluirlo, ya que a su sucesora no le ha dado tiempo de tramitar la ley que blindará el acceso a los servicios básicos a este colectivo. También deberá hacer frente a otras discusiones que han levantado polvareda en el sector sanitario del país. Entre ellos, el uso de pseudoterapias y tratamientos homeopáticos o la gestión del gasto farmacéutico.