El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha prometido su cargo ante el Rey, Felipe VI, un día después de obtener la confianza del Congreso por apenas dos síes de diferencia.
En un breve acto, Sánchez ha prometido por su "conciencia y honor" el compromiso de "cumplir fielmente las obligaciones del cargo de presidente del Gobierno, con lealtad al Rey y guardar y hacer guardar la Constitución como norma fundamental del Estado, así como mantener el secreto de las deliberaciones del Consejo de Ministros".
Sánchez ha acudido al Palacio de la Zarzuela a las once de la mañana, donde ha prometido su cargo sobre un ejemplar de la Constitución, abierta por el artículo 99 (el relativo al proceso de investidura tras las elecciones), y, como en junio del 2018, lo ha hecho sin rastro de crucifijo ni Biblia. Con la llegada de Felipe VI a la Jefatura del Estado, la Casa Real cambió el protocolo y permitió que los altos cargos prometiesen ante el Rey sin símbolos religiosos, conforme a la libertad religiosa recogida en la Constitución.
Han acompañado al presidente la ministra de Justicia en funciones, Dolores Delgado, como notaria mayor del Reino; la presidenta del Congreso, Meritxell Batet; la presidenta del Senado, Pilar Llop; el presidente del Consejo General del Poder Judicial, Carlos Lesmes; y el presidente del Tribunal Constitucional, Juan José González Rivas. Asimismo, estaban presentes el jefe de la Casa del Rey, Jaime Alfonsín; el secretario general, Domingo Palomo, y el jefe del Cuarto Militar, Juan Ruiz Casas.
Buena sintonía entre el presidente y el Rey
"Ocho meses para 10 segundos" ha dicho Sánchez, en alusión al largo periodo que ha estado en funciones y a la brevedad de la ceremonia de promesa.
"Ha sido rápido, simple y sin dolor", ha sido la respuesta del Rey y, tras una breve pausa, ha añadido bromeando, "el dolor vendrá después". Sánchez también ha reconocido, en el mismo tono distendido, que los políticos le han dado al Rey "muchas preocupaciones".