Pedro Sánchez corría un peligro evidente con la repetición de las elecciones que se celebraron el 10N. El PSOE comenzó a temer por su resultado cuando se desataron los actos violentos en Cataluña, una vez se conoció la sentencia del Tribunal Supremo sobre el proceso independentista. Sin embargo, los socialistas no fueron los más perjudicados. Esas acciones, ese otoño caliente independentista, provocó que Vox se llevara hasta 1,3 millones de votos (del total de 3,6 del 10N), que se movieron desde las filas del PP y de Ciudadanos. Una interpretación que el independentismo niega una y otra vez, pero que la demoscopia se empeña en evidenciar.
El politólogo Oriol Bartomeus ha analizado los sondeos postelectorales con los resultados que han ofrecido distintas empresas demoscópicas, como GAD3. Su idea es que el comportamiento electoral ha cambiado en profundidad, y que tiene un mejor resultado aquella fuerza política que decide de qué se hablará, qué tema será el central en una campaña electoral. Y en eso, Vox logró colocar su mercancía, centrada en el debate territorial, beneficiado por los hechos de octubre y en la reacción que tuvo una parte del independentismo con el argumento de que protestaba por la “injusticia” de la sentencia del Tribunal Supremo.
Los votantes de Ciudadanos
Lo que mostraban las encuestas, lo que se movía entre el electorado español antes de octubre era un regreso --en el bloque de la derecha-- de votantes hacia el PP. La estrategia de Pablo Casado, el líder de los populares, era la acertada: moderación en las formas, firmeza y posibilidad de tender la mano para llegar a pactos de Estado con el PSOE si era necesario. Pero se produce un movimiento de revuelta. Bartomeus señala que “parte de los tres millones de votos” que el PP se dejó en las elecciones del 28 de abril regresan hacia las filas populares, y ese número va creciendo una vez se convocan nuevas elecciones para el 10 de noviembre.
Es el llamado “voto útil”, el de electores de centroderecha que ven, de nuevo, en el PP al partido con más posibilidades de ser una alternativa de Gobierno. Los cálculos realizados señalan que más de medio millón de votantes de Ciudadanos en abril se inclinaban por cambiar hacia el PP para el 10N. Y también ocurría en el caso de los votantes de Vox. Cerca de 600.000 querían volver a votar al PP, de donde se habían movido.
El PP ya no llegaría a los 100 escaños
Esos cambios justificaban que el PP apareciera en las encuestas por encima del 23% y casi 100 diputados. Sin embargo, los hechos de octubre modifican la tendencia. Bartomeus señala que Vox “supo marcar la agenda política, con la cuestión territorial, responsabilizando a los dos grandes partidos, PP y PSOE, de haber permitido esa situación”, en la que el independentismo tomaba las calles y protagonizaba actos violentos. ¿Qué se podía pensar desde ciudades y pueblos de la geografía española viendo las imágenes de las calles en llamas en Barcelona?
Lo que iba a recuperar el PP, procedente de Vox y de Ciudadanos, respecto a las elecciones del 28A, da la vuelta y se apuesta por la formación de Santiago Abascal. En el último mes, los 600.000 votantes que iban a volver al PP se lo piensan, y hasta 100.000 más, por lo que se produce un movimiento de 700.000 personas que tenían pensado votar al PP el 10N y se van a Vox.
Dominar la conversación pública
Ocurre lo mismo respecto al partido de Albert Rivera. En ese caso, el trasvase fue de 600.000 votos, que decidieron decantarse por Abascal en las últimas semanas. Bartomeu, que lo ha detallado en Agenda Pública, concluye que “desde mediados de octubre hasta el día de las elecciones se habrían movido 1,3 millones de votos en dirección a Vox provenientes de PP y Ciudadanos”. Y la razón es lo ocurrido en Cataluña.
La lección de todos esos cambios en el voto, según Bartomeus, es que los partidos que logran fijar la conversación pública sobre una cuestión concreta tienen mucho ganado. Y Vox lo ha hecho con el tema territorial. Todo su discurso se basa sobre ello, al margen de otras cuestiones como la violencia de género. Y el independentismo sigue sin admitir que, en gran medida, Vox ha crecido por traspasar la ley en Cataluña.