Thomas Piketty desenmascara al independentismo / CG

Thomas Piketty desenmascara al independentismo / CG

Política

Piketty desenmascara al independentismo: “Lo defienden los más favorecidos”

El economista señala en su libro 'Capital e ideología' que resulta “extremadamente chocante comprobar” que el secesionismo es más “acusado" entre las categorías sociales más acaudaladas

26 noviembre, 2019 00:00

Un movimiento de clases medias y populares, transversal y también repartido por todo el territorio. Esa ha sido la carta de presentación del independentismo en todos estos años, desde la Diada de 2012. El economista Thomas Piketty desenmascara, sin embargo, al secesionismo en su esperado libro Capital e ideología, en el que analiza la desigualdad. Y considera que ésta tiene un componente “ideológico y político”, y no responde tanto a factores económicos o tecnológicos. El economista francés aborda muchas cuestiones, y entre ellas lo que llama “la trampa separatista y el síndrome catalán”, para concluir que el independentismo “lo defienden los más favorecidos”.

Piketty considera que el sistema impositivo no se puede desmontar gratuitamente. Que en España se ha avanzado, tal vez, demasiado con la participación en un 50% del IRPF con las comunidades autónomas. Y que esa es una de las claves del ascenso del independentismo y de las esperanzas en tener un Estado propio. “Optando por el reparto a medias del impuesto sobre la renta con las regiones, tal vez España haya ido demasiado lejos y ahora se encuentre en una situación en la que una parte de los catalanes querrían, independizándose, conservar el cien por cien de los ingresos”, señala con contundencia.

Banderas independentistas en un tramo de la Diada de 2017, entre otros / EFE

Banderas independentistas en un tramo de la Diada de 2017, entre otros / EFE

Los referéndums en Francia o Reino Unido

Porque esa es la tentación en la que han caído, a juicio de Piketty, las rentas más altas en Cataluña. En su análisis, que ocupa una parte de un capítulo del libro, Piketty sostiene que “es extremadamente chocante comprobar que el nacionalismo catalán es mucho más acusado entre las categorías sociales más favorecidas que entre las más modestas".

Resulta especialmente interesante comparar el perfil social del voto, en este caso con el observado en los referéndums sobre Europa organizados en Francia en 1992 y 2005 y en el Reino Unido en 2016, en los que se constató en cada ocasión que "las categorías acomodadas elegían Europa mientras que las categorías modestas la rechazaban”. ¿Es algo contradictorio?

INTERPRETACIÓN: En 2008, el 47% de los electores catalanes con un nivel de renta en el 50% inferior de la distribución apoyaban una mayor autonomía regional o la convocatoria de un referéndum de autodeterminación sobre la independencia (ambas respuestas sumadas), frente al 64% entre el 40% siguiente de la distribución y el 74% entre el 10% con la renta más elevada.

INTERPRETACIÓN: En 2008, el 47% de los electores catalanes con un nivel de renta en el 50% inferior de la distribución apoyaban una mayor autonomía regional o la convocatoria de un referéndum de autodeterminación sobre la independencia (ambas respuestas sumadas), frente al 64% entre el 40% siguiente de la distribución y el 74% entre el 10% con la renta más elevada.

La mayor o menor implicación con Europa

Este economista francés considera que no, porque las clases que apoyan la independencia de Cataluña siempre se han expresado a favor de la Unión Europea, --salvo algunas declaraciones vertidas por Carles Puigdemont, y otros dirigentes, y siempre de forma coyuntural--. Lo que quieren, a juicio de Piketty “es que Cataluña permanezca en la Unión Europea, pero como Estado independiente, de modo que pueda continuar sacando partido de la integración comercial y financiera de Europa, pero conservando sus propios ingresos fiscales”.

Lo que los números señalan, con las series que el mismo Piketty ha presentado, es que una mayor apuesta por la independencia está relacionada con la renta y el nivel de estudios. “Es chocante comprobar cómo se estructuran las convicciones nacionalistas en Cataluña en función del nivel de renta y del nivel de estudios (como se aprecia en los dos gráficos que acompañan este texto)”. Y es que “el apoyo a la idea nacionalista alcanza el 80% entre el 10% de las personas consultadas con mayor renta y nivel de estudios, frente a apenas el 40-50% de apoyo entre el 50% inferior)”.

INTERPRETACIÓN: En 2016, el 44% de los electores catalanes sin estudios o con estudios primarios apoyaban una mayor autonomía regional o la convocatoria de un referéndum de autodeterminación sobre la independencia (ambas respuestas sumadas), frente al 60% con estudios de educación secundaria y el 74% entre los titulados de la educación superior.

INTERPRETACIÓN: En 2016, el 44% de los electores catalanes sin estudios o con estudios primarios apoyaban una mayor autonomía regional o la convocatoria de un referéndum de autodeterminación sobre la independencia (ambas respuestas sumadas), frente al 60% con estudios de educación secundaria y el 74% entre los titulados de la educación superior.

¿Cataluña, como Luxemburgo?

La consideración de Piketty, preocupado por los niveles de desigualdad, tiene relación con la unidad política y fiscal de la Unión Europea. Si ésta fuera mayor, si los impuestos tuvieran un carácter federal, similar a lo que ocurre en Estados Unidos, los catalanes de mayor renta no tendrían ningún incentivo (si se pone el acento en las cuestiones puramente económicas) para querer separarse del conjunto de España. Y, en paralelo a esa falta de unidad federal en Europa, se debe añadir las políticas adoptadas en España, con una mayor autonomía fiscal por parte de las comunidades autónomas que la que disfrutan los länder alemanes. “En la República Federal de Alemania, ejemplo más cercano a España, el impuesto sobre la renta es exclusivamente federal: los Estados alemanes (länder) no tienen la posibilidad de votar tipos impositivos adicionales ni de conservar para sí la más mínima parte de la recaudación tributaria, independientemente de lo que piensen los contribuyentes bávaros. La lógica de los tipos impositivos adicionales a nivel regional o local no es perniciosa en sí misma, siempre que sea mesurada. Optando por el reparto a medias del impuesto sobre la renta con las regiones, tal vez España haya ido demasiado lejos y ahora se encuentre en una situación en la que una parte de los catalanes querrían, independizándose, conservar el cien por cien de los ingresos”, asegura.

Entonces, ¿qué salida tendría Cataluña? Para Piketty está claro: “¿Por qué no probar haciendo de Cataluña un paraíso fiscal al estilo de Luxemburgo?”. Eso es lo que el independentismo querría, a su juicio: “De hecho, para muchos independentistas catalanes, el proyecto es ése: constituyéndose en Estado independiente, podrán conservar la totalidad de los ingresos generados en el territorio para desarrollar Cataluña y, si es necesario, reducir los impuestos a los actores económicos que disponen de mayor movilidad, para así atraer inversiones a la ‘región-Estado’ (lo que resultaría tanto más fácil cuanto que se habrían desembarazado del peso de la solidaridad con el resto de España)”.

¿Clases medias y populares? El independentismo lo apoyan, a juicio de Piketty, los más favorecidos por el sistema económico.