El preacuerdo de Gobierno alcanzado entre el PSOE y Unidas Podemos (UP) no ha sido plato de buen gusto para el sector más recalcitrante del independentismo catalán. De forma especial, para aquel más afín a JxCat. Empezando por el expresidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, que lo ha desdeñado con rapidez a través de un mensaje en sus redes sociales.
El político posconvergente ha expresado su malestar criticando con vehemencia el pacto, e ironizando sobre el hecho de que el presidente Pedro Sánchez haya aceptado ahora incluir a Pablo Iglesias en su Ejecutivo como vicepresidente: "Aquello que no era posible cuando el PSOE y UP tenían más diputados lo es ahora que tienen menos. Aquello que impedía a Sánchez dormir bien, ahora le conciliará el sueño. Han repetido elecciones, se han debilitado, han engordado a la derecha y la ultraderecha... para llegar allí mismo. Unos genios", ha escrito, en su habitual tono agrio y airado, el líder de la derecha catalana.
Paluzie, Torra y Mauri, contra los 'comuns'
En términos similares se han expresado también los líderes de las asociaciones independentistas que tanto influyen en el Gobierno de la Generalitat: la Assemblea Nacional Catalana (ANC) y Òmnium Cultural. La presidenta de la primera, Elisenda Paluzie, ha cargado contra los comuns por decidir pactar con los socialistas: "Ya no es que no se reconozca el derecho de autodeterminación, es que En Comú Podem ha comprado el relato del bloque del 155 del problema de convivencia y diálogo dentro de Cataluña. Único voto digno a este acuerdo de PSOE y UP es el no", se ha quejado la dirigente no electa, cuyo mensaje ha sido retuiteado por el presidente de la Generalitat, Quim Torra. En el mismo se reproducía el punto nueve del pacto, que explica que "el Gobierno de España tendrá como prioridad garantizar la convivencia en Cataluña y la normalización de la vida política".
Este punto también ha sido criticado por el vicepresidente de Òmnium, Marcel Mauri, que al igual que Paluzie, ha criticado que el Gobierno se comprometa en el mismo a fomentar "el diálogo en Cataluña, buscando fórmulas de entendimiento y acuerdo, siempre dentro de la Constitución". Y su disposición a fortalecer "el Estado de las autonomías para asegurar la prestación adecuada de los derechos y servicios de su competencia", garantizando "la igualdad entre todos los españoles".
En opinión de Mauri, estas afirmaciones suponen "negar el diálogo con las instituciones de Cataluña", y ponen "el foco en un falso problema de convivencia", a su modo de ver. "Como si el hecho de que en el Congreso haya 52 diputados de extrema derecha no supusiera un problema para la convivencia de España. Seis meses y una repetición electoral para llegar hasta aquí", ha lamentado.
Artadi, indignada
El malestar por el preacuerdo para un Gobierno de izquierdas ha sido también palpable en dirigentes de JxCat como su concejala en Barcelona Elsa Artadi, su jefe de campaña, Aleix Sarri, o el jefe de prensa de la Consejería de Interior, Joan María Piqué, entre otros, con argumentos similares. La primera ha tildado de "bluf" la "equidistancia" de los comunes; el segundo ha hablado de "blanqueo" del "autoritarismo" del PSOE y ha acusado a Podemos de "renunciar al diálogo Cataluña-España" (sic); mientras que el tercero ha negado problemas de convivencia en Cataluña.
Tampoco ha faltado en el debate el empresario televisivo Toni Soler, productor de varios programas de TV3, que además de retuitear convocatorias de Tsunami Democràtic en su perfil de Twitter, ha hecho lo mismo con otros mensajes críticos con el pacto. Asimismo, ha cargado contra los comuns con una afirmación, al parecer, irónica: "No entiendo muy bien por qué En Comú Podem pide reprobar a Buch pero no a Marlaska. Ah, calla, sí que lo entiendo".