"Violentísimos disturbios". Así define el juez de guardia de Barcelona, Joaquín Aguirre, los ataques vandálicos que la ciudad ha sufrido en los últimos días. Lo hace en tres autos en los que decreta prisión provisional para tres detenidos y alude al "toque de queda" que imponen los radicales en determinados barrios.
Describe como el pasado viernes por la noche, sobre las 23:00 horas “se estaban produciendo unos violentísimos disturbios en el centro de la ciudad de Barcelona, donde unos cientos o tal vez pocos miles de jóvenes construyeron barricadas con contenedores de basura, maceteros, cartones, señales de tráfico, vallas de obra y cuanto pudieron encontrar”.
Seguidamente “prendieron fuego a las barricadas para evitar la intervención de las fuerzas del orden y/o cercar a algún grupo policial. Asimismo, con martillos y palancas levantaron las aceras para utilizar los adoquines como proyectiles para lanzarlos contra la Policía”. Según el juez, también utilizaron sierras para cortar señales de tráfico y emplearon líquidos inflamables para facilitar que los contenedores ardieran con facilidad.
Pillaje en comercios y entidades bancarias
Durante los altercados tambien se produjeron “actos de pillaje en diversos comercios y entidades bancarias”. Explica, en el caso de uno de los detenidos, que una de las patrullas de los Mossos d'Esquadra que prestaba servicio oficial en la zona de Plaza Catalunya y aledaños, con la finalidad de prevenir el ataque de los grupos a edificios públicos, como la Jefatura Superior de Policia de Barcelona, acudió a la zona y pudo “capturar a uno de ellos, el ahora detenido, el cual portaba una mochila con líquidos inflamables y un soplador, utilizado para prender fuego con rapidez y eficacia". Dichos elementos se encuentran fotografiados en el atestado policíal.
El juez justifica la prisión preventiva de los jòvenes en la necesidad de "cortar estas actuaciones violentas, que causan miedo en gran parte de la ciudadanía, producen destrozos por valor de millones de euros, imponen una especie de ‘toque de queda’ en determinados barrios, por el temor a salir que tienen los vecinos, los cuales sufren por su integridad física y han estado a punto de incendiar edificios enteros, al extenderse las llamas de los contenedores quemados, teniendo los vecinos que intentar frenar el fuego por si mismo, con cubos de agua y mangueras”.
El juez acusa a los detenidos de haber “perturbado gravemente la seguridad personal de los Policías, del resto de la ciudadanía, han causado destrozos graves en las calzadas y mobiliario urbano, han quemado coches particulares y, finalmente, han herido a un centenar de Policías, uno de los cuales está en la UCI por una pedrada en la cabeza. Como quiera que resulta más que probable que estas protestas violentas se sigan reiterando en los próximos días resulta conveniente evitar la reiteración delictiva”.