Una lista unitaria y con todos los elementos disponibles. La prisión dictada por el juez para los miembros de los CDR detenidos por la Guardia Civil es el acicate que esgrime Carles Puigdemont para intentar, otra vez, presionar a Esquerra Republicana de Catalunya (ERC). La pieza que ha movido el tablero es Albano Dante Fachín, líder del Front Republicà, que agrupa a una parte de la CUP. Con ese flanco, con Junts per Catalunya y ERC, el independentismo debería concurrir en una única lista a las elecciones del 10 de noviembre. Y la palanca es el impulso que el independentismo irredento quiere tomar a partir de esas detenciones tras la investigación que se sigue en la Audiencia Nacional.
Las piezas que ha movido ahora Puigdemont son los diputados de Junts per Catalunya en el Parlament que forman parte de la Crida. Se trata de independientes como Aurora Madaula, que están integrados en el grupo parlamentario, y de ideólogos como el historiador Agustí Colomines. Es Acció per la República, que actúa como grupo de presión en el seno de la Crida, y que reclama la máxima unidad. La propuesta es que la lista la lideren Oriol Junqueras y Carles Puigdemont.
Atar a Esquerra
Lo que se pide es que “dejen de lado las disputas en la lucha por la hegemonía, que tan destructivas resultan, para unir esfuerzos y plantar cara al Estado represor”. ¿Y cómo plantar cara?: “Bajo un programa de mínimos que reivindique la libertad, la democracia y la autodeterminación”.
Esa es la propuesta nominal, que encierra el deseo de que nadie pueda tener capacidad de maniobra política en el Congreso. Con Esquerra en buena posición de salida para tener un grupo parlamentario influyente en el Congreso, Puigdemont intenta anular la capacidad de los republicanos. Y el impulso le ha llegado a partir de las detenciones de siete miembros de los CDR, que provocó este jueves una bronca en el Parlament.
Mas, en las nubes
Los contactos ya se han producido. Por parte del núcleo de dirigentes de Puigdemont, la diputada Laura Borràs se ha dirigido a Dante Fachín para explorar esa lista conjunta. También defiende la idea Toni Morral, secretario general de la Crida, el partido que registró Puigdemont. Y se busca que el pequeño sector crítico de ERC, el Colectivo 1 de Octubre, dé un paso al frente y reclame a la dirección de los republicanos que acceda a esa lista unitaria.
Puigdemont ha escondido en los últimos días esa oferta a Dante Fachín. No se lo contó a Artur Mas, a pesar de que se entrevistaron en Waterloo el pasado lunes. Pero la fórmula para ir juntos con Front Republicà se ha difundido en redes sociales y grupos privados de WhatsApp. La iniciativa cuenta con líderes mediáticos del independentismo. La periodista Pilar Rahola la aplaude. Y la presión se ha inyectado, de nuevo, sobre ERC.
Pirates de Catalunya
La estrategia de Puigdemont pasaba por movilizaciones tras la sentencia del Tribunal Supremo sobre los dirigentes independentistas presos, que podría llegar en los diez primeros días de octubre. Pero cobra ahora más fuerza tras las protestas que se irán organizando por la detención de los miembros de los CDR. Ante eso, fuentes del entorno de Puigdemont creen que Esquerra “tendrá un problema si cree que puede quedar al margen”.
La paradoja, sin embargo, es enorme. En Junts per Catalunya, el PDeCAT, que preside David Bonvehí, lucha por defender su espacio político, sin integrarse totalmente en el movimiento de Puigdemont. En la lista de JxCat en las elecciones del pasado 28 de abril figuraban --y la intención es que se mantenga ahora-- políticos como Ferran Bel, un dirigente que se puede definir como un “convergente clásico”. Si prospera la coalición con Front Republicà, deberá trabajar codo con codo con integrantes de una coalición en la que está Som Alternativa, Poble Lliure --una parte de la CUP-- y Pirates de Catalunya. Ese frente, que encabezó Fachín el 28 de abril, no logró representación, pero obtuvo 113.000 votos. La idea de Puigdemont es aprovechar ahora ese apoyo popular.
"Cárcel jurídica"
El núcleo del expresidente catalán tiene un diagnóstico. Lo defienden Agustí Colomines y Aurora Madaula: “España está en crisis porque el sistema constitucional se ha convertido en una cárcel jurídica que impide el ejercicio de la libertad. Contra esto defendemos la desobediencia cívica e institucional para demostrar al Estado que la lucha por los valores democráticos será siempre el oxígeno del soberanismo”.
ERC se mantiene en silencio. Lo que han diseñado Oriol Junqueras y su núcleo de confianza, con Pere Aragonès al frente, está alejado de ese mundo de Puigdemont. Pero lo que pueda suceder en las próximas semanas ya no está en manos de los republicanos, con la presión también de las entidades soberanistas.