Alfons López Tena (Sagunto, 1957), notario y exvocal del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), es una de las personlidades que, desde el independentismo, se han mostrado más críticas con el procés y los partidos y dirigentes que lo abanderan. Militante de Convergencia Democrática de Cataluña desde 1989 hasta 2010, fue uno de los fundadores de Solidaritat Catalana per la Independència, partido con el que fue diputado en el Parlament de 2010 a 2012.
Como político, conoce bien a varios de los protagonistas y el modo de funcionar del espacio postconvergente de Junts Per Catalunya y también de ERC. Dos formaciones que esta semana han vuelto a evidenciar la distancia estratégica que les separa al apostar por “la confrontación pacífica con el Estado” si la sentencia del juicio del procés es condenatoria, como han manifestado el presidente de la Generalitat, Quim Torra, y su antecesor, Carles Puigdemont; o bien por la vía más pragmática de los republicanos de evitar una colisión avalando un adelanto electoral en Cataluña tras el fallo, como ha apuntado su líder Oriol Junqueras.
En opinión de López Tena, ni se adelantarán las autonómicas ni habrá independencia, ya que a los primeros no les interesa correr el riesgo de perder su hegemonía parlamentaria si hay comicios --cosa probable, dado el auge electoral de ERC--, ni ninguno de los dos llevará a cabo la secesión más allá de declaraciones y actos “simbólicos”, como en octubre de 2017. “Aquello no fue una DUI”, sostiene en conversación con Crónica Global.
Movilizaciones y agitación tras la sentencia
López Tena apunta que el pulso entre ambas formaciones “se remonta a la última legislatura de Jordi Pujol”, cuando ERC no aceptó “ser su socio menor”. Hecho que dio paso a la formación del tripartito de izquierdas entre republicanos, PSC e ICV. Por ello, cree que el antiguo espacio de Convergencia y ERC “se han lanzado a una competición” para alcanzar el gobierno catalán, disputándose la base electoral movilizada por el referéndum. “Se han ido intercambiando los papeles. Desde 2011, Convergencia ha ido de radical y ERC, tendido a la moderación, y al revés". Y "puede volver a ocurrir" que se los cambien de nuevo.
Pese a la reciente radicalización del discurso de Torra y Puigdemont, López Tena considera que “siempre dejan una puerta abierta” al acuerdo. “Ahora parece que sí [apuestan por el conflicto], pero siempre van cambiando”, insiste. ¿En qué puede desembocar eso? “La confrontación, por lo menos verbal, está”, admite. Lo cual puede dar pie a manifestaciones, “bullangas”, agitación y movilizaciones “en momentos emotivos”, como la sentencia del procés, que pueden llegar a ser “graves”. “Ya veremos cómo de grandes" --cortes de autopistas, vías de tren, incluso aeropuertos o fronteras…--, "se puede poner la cosa muy tensa”, advierte. Sobre todo, si el lenguaje que se utiliza en esas fechas es “incendiario”. “Como cuando Torra dijo a los CDR que apretaran, y luego se plantaron a las puertas del Parlament. Los excesos verbales algunos se los toman en serio”, añade.
"En lo político, todo seguirá igual"
A su juicio, a Puigdemont, huido en Bélgica, “sólo le mantiene vivo montar el pollo, porque si no será una figura como don Juan en Estoril”. Aunque considera que, “en lo político, todo seguirá igual. Sólo habrá elecciones si él lo pide”. Algo que, opina, no ocurrirá, pues si la sentencia es condenatoria, “el protagonismo y la ola sentimental hacia Junqueras” será mayor. “Y si no salen los presupuestos”, continúa la “parálisis” institucional, o no alcanzan la mayoría en el Parlament, “les da igual”, opina. Además, “ERC no puede forzar los comicios”, porque si sale del gobierno “la acusación sería devastadora”.
¿Qué puede pasar, entonces? “Gestualidades habrán las que quieras. Como en octubre de 2017, cuando no votaron nada. Hacer como que, sin implementar nada. Aquello no fue una declaración de independencia”, sostiene, sino “algo simbólico”. Y considera que ahora “Torra podría hacer algo parecido”, aunque lo considera menos astuto que sus predecesores. “A él lo conozco bien”, sobre todo desde su etapa como presidente de Òmnium Cultural. “Seguramente meterá la pata más que en 2017, como recientemente con lo de quitar y no quitar pancartas” independentistas de las instituciones durante las pasadas elecciones. “Viven en una burbuja cerrada”, por lo que “cualquier ocurrencia” es posible. ¿Por ejemplo? “Bajar la bandera española y decir luego que la llevaron a la tintorería, cosas así. Pero algo en serio, no”, afirma con escepticismo.
"No habrá unidad"
Sobre el empeño de Junts Per Catalunya de impulsar una candidatura unitaria independentista en futuras elecciones, López Tena está convencido de que esto no ocurrirá. En su opinión, los postconvergentes tienen claro que “la mejor manera de ganar a alguien es que no se presente”, y por eso tienen tanto interés en concurrir junto a ERC. Pero a los republicanos y a Oriol Junqueras, en cambio, no les conviene ni están por la labor. En este sentido, recuerda que en 2015, cuando la lista integrada por ambas formaciones ganó las autonómicas con un 47% de los votos, “el gobierno lo capitalizó Convergencia absolutamente, y ERC quedó eclipsada”. Algo que, en su opinión, también ocurre en la actualidad, siendo socios de gobierno. “Lo que quieren es quedar uno por encima del otro. Y así seguirán”, resume.
El exdiputado de Solidaritat apunta que, a día de hoy, Puigdemont es la única baza electoral exitosa de JxCat, como pudo verse en el pasado ciclo electoral: sólo con él al frente pudo imponerse a los republicanos en las europeas, en contraste con el descalabro sufrido por su partido en las generales y municipales.
Pugna por el poder
Sobre la división interna del espacio postconvergente, López Tena apunta que Puigdemont ha conseguido “imponer su chantaje a Convergencia, o como se llame ahora. Las listas las ha hecho él”, poniendo al frente a “gente de su confianza”, con “purgas” en detrimento de otros dirigentes del PdeCAT. Pero advierte que “Junqueras en ERC hace lo mismo”. Lo cual da pie a la formación de una “guardia pretoriana de fieles” por su “dependencia” de ambos.
A su juicio, esta disputa por la hegemonía dentro del espacio independentista obedece a una pugna por el poder y alcanzar el gobierno, “los cargos y el dinero: tener el control social, de los medios de comunicación, las redes clientelares, etc”.
"Artur Mas no controla nada"
López Tena tampoco ve factible otra de las hipótesis que se apuntan desde hace meses: que Artur Mas regrese a la presidencia de la Generalitat una vez acabe su inhabilitación en febrero de 2020. A su juicio, el expresident ha perdido influencia sobre quien en su día designó como sucesor. “Ahora aspira a continuar vivo, y que no se lo trague la tierra como a Quico Homs”, opina. “Pero Mas ahora no controla nada, está desplazado”, subraya.
“Mas ni está, ni se le espera. Quiere jugar un papel como el de Pujol en su día, de reina madre. Como también hizo Felipe González en el PSOE, Influir, dirigir...”, valora.
El papel de ANC y Òmnium
Por lo que respecta al papel de las asociaciones independentistas, y a su peso en las decisiones del Govern y los partidos secesionistas, el exdiputado de Solidaritat considera que, a día de hoy, la ANC no está bajo la influencia de ninguno de ellos, aunque su estrategia “coincida con la de Puigdemont”, aunque “no por estar a sus órdenes”. Algo que en el pasado no siempre fue así. En este sentido, recuerda las maniobras que desde el entorno convergente se hicieron para poner a Jordi Sànchez como presidente, desbancando a Carme Forcadell.
De Òmnium, en cambio, sí que cree que “ha caído en manos de ERC”, partido al que relaciona a su actual vicepresidente, Marcel Mauri. A su juicio, los republicanos influyeron para impedir que permaneciera al frente de la entidad Quim Torra, quien a su vez, maniobraba contra Oriol Junqueras desde el cargo.
"Si Cataluña fuera independiente, ¿qué harían?"
López Tena, por último, se reafirma en su tesis de que ni JxCat ni ERC quieren la independencia realmente: “Quieren vivir dentro de España para atacarla, pero no fuera. Porque tienen grandes ventajas: falta de responsabilidad, quitártela de encima y echar la culpa a otro...”.
“Si Cataluña fuera un Estado independiente, ¿qué harían? En 15 días sería un Estado fallido, en manos de Junqueras, Puigdemont, Torra, la CUP… les viene grande”, opina. En este sentido, recuerda la deficiente gestión de algunas de las competencias que la Generalitat tiene actualmente, como por ejemplo, en casos como los menas.
"Lo que les gusta es lo simbólico", en detrimento de la gestión cotidiana. Algo que "han aplicado a todas las áreas", porque con sus "proclamas y grandilocuencias" consiguen "tapar" otras cuestiones. "Y en eso siguen. Y en culpar de todo al Gobierno español. Ese esquema se aplica en todo. Y es rentable”, concluye.