Alarma en el independentismo. Crece la preocupación en la Assemblea Nacional Catalana (ANC) por el bajo ritmo de inscripciones para la manifestación secesionista de la Diada en Barcelona.
Así lo admiten fuentes cercanas a la dirección de la entidad nacionalista, que reconocen en privado que el número de inscritos --a falta de menos de un mes para el 11 de septiembre-- es sensiblemente inferior al de otros años a estas alturas.
Sin cifras oficiales
Ni la ANC --principal organizadora del evento-- ni Òmnium Cultural --colaboradora del mismo, que deriva en la primera para este tipo de cuestiones-- han ofrecido cifras de la gente que se ha apuntado a la concentración, a pesar de que en anteriores ocasiones ya lo habían hecho a mitad de agosto.
De hecho, en las últimas semanas se han intensificado los mensajes a través de las redes sociales que llaman a las bases independentistas a movilizarse “masivamente”, destacando la importancia de volver a salir a la calle en estos momentos.
Paluzie, optimista
La versión oficial, en cambio, huye de cualquier alarmismo. Así, en conversación con este medio, la presidenta de la entidad de agitación nacionalista, Elisenda Paluzie, ha negado que exista preocupación por el número de personas que se han registrado para la marcha del 11S.
La activista asegura que todavía no disponen de datos pero los tendrán en breve, y se muestra convencida de que la concentración será un éxito.
Venta de camisetas
En todo caso, Paluzie considera que el número de inscripciones no es relevante este año puesto que el diseño del evento –el acto se desarrollará en la Gran Vía, entre Paseo de Gracia y Plaza de España-- no anima a apuntarse puesto que no parece necesario en esta ocasión.
Las cifras más fiables para pulsar la situación –insiste-- son las del número de camisetas vendidas –cada manifestación de la Diada cuenta con una específica, con el lema de cada edición, cuya venta ayuda a financiar las actividades de la asociación-- y el número de autocares contratados desde las diferentes comarcas. Y la presidenta de la ANC asegura que las ventas de las camisetas en las delegaciones territoriales están funcionando muy bien.
Todos los tramos vacíos
Pero lo cierto es que el mapa de las inscripciones es un termómetro irrefutable para medir la ilusión que genera una movilización de este tipo. Y en este momento la fotografía es contundente.
Este fin de semana, los 26 tramos en los que la organización ha dividido el recorrido de la marcha presentan una densidad muy baja de inscripciones. Una situación inusual a falta de tan pocas fechas para el evento.
Falta de unidad
El entorno de la dirección de la ANC achaca esta falta de entusiasmo al clima de división existente en el independentismo ante cuál es la estrategia a seguir para avanzar hacia el objetivo de la ruptura.
ERC apuesta por un camino más pragmático, aprovechando los instrumentos que ofrece el Estado de derecho para ampliar la base de secesionistas --y dispuestos a apoyar la investidura de Pedro Sánchez--, mientras Puigdemont y su entorno prefieren seguir tensando la cuerda sin descartar nuevas embestidas unilaterales --aunque son capaces de apoyar al PSC en la Diputación de Barcelona para dejar en la estacada a ERC--.
Bajas significativas
Esa batalla, con agrios cruces de acusaciones mutuas de traidores a la causa --botiflers, en el lenguaje nacionalista-- entre ambos sectores, ha generado que figuras destacadas del independentismo hayan anunciado su intención de no acudir a la concentración del 11S..
Son los casos de los exconsejeros Josep Huguet y Anna Simó, dos históricos de ERC. Huguet avanzó hace tres semanas a través de su cuenta de Twitter que no iría a la manifestación de la Diada --a la que ha acudido ininterrumpidamente desde los años 70-- porque “por primera vez un grupo de exaltados quiere convertirla en un aquelarre purificador contra los traidores”, en un acto “anti-ERC”. “Ir a una manifestación en la que una parte minoritaria se dedique a silbar e insultar a otra es desagradable”, añadió en RAC1. “Hace días que he tomado la misma decisión, después de más de 30 años”, respondió Simó.
La foto del 11S
Los promotores de la manifestación temen que la lucha despiadada y sin cuartel entre ERC y Puigdemont por hacerse con la hegemonía independentista provoque un efecto desincentivador en las bases del movimiento. Un efecto que podría quedar patente el 11S.
“Desde la diversidad, hay que tejer una unidad estratégica que nos permita llevar a cabo la independencia. Y eso solo será posible si sociedad civil movilizada, Govern y Parlament caminamos juntos”, alerta la ANC en su web, temerosa de que la marcha de la Diada --que habitualmente ofrece imágenes multitudinarias-- se salde con una foto demoledora para sus intereses.