El expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont ha abonado la creciente división entre el independentismo de cara a la Diada. Desde su refugio de Waterloo (Bélgica), el líder de JxCat ha tensado aún más la cuerda contra sus socios de gobierno de ERC a los que acusa de sembrar “la teoría de la desunión”. Según este, los republicanos “no se pueden sorprender” ahora de las críticas por ausentarse de la manifestación.
Según ha relatado en una entrevista con El Punt Avui, es necesario “que se rompan sectarismos que se pueden enquistar en las cúpulas de algunos de los dirigentes”. Aunque sin interpelar directamente a ERC, Puigdemont lamenta que “la diferencia con hace unos meses es que ahora tenemos los resultados de la teoría de la desunión, de los que decían que por separado sería mejor para el país y que es la que se ha impuesto”. No obstante, el líder prófugo de la justicia asegura que “la sensación es que alguna cosa no hemos hecho bien y tenemos que enderezarlo”.
La "teoría de la desunión"
Ante la decisión de los exdirigentes de ERC Josep Huguet y Anna Simó de ausentarse de la manifestación de la Diada por el temor de que se convierta en un “aquelarre” contra su partido, Puigdemont pide que se haga “el esfuerzo, a pesar de todas las contradicciones, para que sea un éxito”.
No obstante, el líder de JxCat se muestra crítico con la deriva de sus socios independentistas, abiertos a pactar con el Gobierno de Sánchez, y advierte de las consecuencias que puede tener la ruptura de la estrategia unitaria: “No nos lo podemos permitir porque nos necesitamos todos. Y aprovecho para señalar que esta es una de las consecuencias de la teoría de la desunión. Todos aquellos que la han sembrado no se pueden sorprender de que ahora haya gente que haga lo mismo”.
"Magia" para el diálogo
De este modo, Puigdemont apela a que “nadie se tiene que sentir excluido”, al tiempo que afirma que el hecho de que la ANC haya decidido sacar a los partidos de la zona VIP no es una “tragedia”.
Asimismo, Puigdemont ha afirmado que España es un Estado que “no está en el siglo XXI ni en Europa” y que, por tanto, el independentismo no puede ampararse en “magia” para que se dé un diálogo, cosa que defienden sus socios de ERC. “La magia dice que el Estado español un día, por una razón que desconocemos, avendrá a sentarse a una mesa para hablar de un referéndum, pero la realidad dice lo contrario”, asegura.