El portavoz de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián, ha anunciado una "abstención pase lo que pase" en la segunda vuelta de la votación de investidura de Pedro Sánchez. Lo ha explicado junto a la diputada de Bildu Marian Beitialarrangoitia, en una conferencia de prensa conjunta desde la Cámara baja. Los dos partidos independentistas pretenden "formar un gobierno progresista" que sea un "freno a las aspiraciones" de los partidos de las tres derechas.
Rufián ha cargado por la falta de entendimiento entre Podemos y el PSOE, aunque con un acento notable en contra de Podemos, al señalar que no se puede provocar que encalle la legislatura por un cambio de ministerios o por querer tener más poder dentro del Gobierno. El líder republicano ha asegurado que se "niegan a entrar en el saco del no y del odio", y se preguntan si Pablo Iglesias también lo está. Remarcan que su gesto es una mano tendida y reivindican que "sus votos son inútiles pero políticamente lo son más que nunca".
En septiembre todo "se complica"
El gesto de Rufián supone un cambio importante en el independentismo y marca una gran distancia respecto a Junts per Catalunya, el partido de Carles Puigdemont. Los republicanos desean que se ponga en marcha la legislatura, porque otra cosa, en septiembre “todo se complicará”. Y esa abstención de Esquerra podría ser imposible, a pocas semanas en ese momento, de la sentencia del Tribunal Supremo sobre los líderes independentistas presos.
Los dos dirigentes independentistas, de Bildu y de Esquerra, reclaman que no se puede desperdiciar la posibilidad de constituir un gobierno de izquierdas, porque la alternativa será un Ejecutivo con “Abascal de ministro”.
Distinción respecto a Junts per Catalunya
El gesto de Rufián supone un cambio interno de envergadura en Esquerra Republicana. La idea de que se iba a inclinar por la abstención se había anunciado, pero los republicanos también señalaban que una abstención no serviría de nada sin el acuerdo del PSOE con Podemos, y que, en ese momento, Esquerra podría inhibirse o ya constatar, sin más, que los 15 votos (14, porque Oriol Junqueras está suspendido) serían “inútiles”. Pese a ello, Rufián ha querido mantener esa “abstención” y defenderla por el valor “estratégico” y porque supone una clara distinción frente a los siete votos de Junts per Catalunya (cuatro reales, por la suspensión de Jordi Sànchez, Josep Rull y Jordi Turull) que no tienen ningún efecto real.
¿Es puro interés? Sí y no. Rufián ha asegurado que con un Gobierno de derechas, con el concurso del PP, Ciudadanos y Vox, habría una aplicación del 155. Y con el Gobierno de izquierdas se dibuja una política distinta, respecto, por ejemplo, a los propios dirigentes independentistas presos. Pero es también una apuesta por un gobierno de izquierdas, recordando la tradición de los republicanos en el concurso con ejecutivos españoles, desde los tiempos de la República.
Llamar a votar es "negligente"
Lo que teme Esquerra, con una repetición de las elecciones, es que los electores no hagan distinciones y castiguen al bloque de la izquierda en su totalidad. Esquerra se siente presionada por el entorno de Junts per Catalunya, y por algunos intelectuales y activistas de su propio círculo. Pero ha preferido mantener su apuesta por la abstención.
Según Rufián “hay objetivos que trascienden los intereses de Esquerra, o de la izquierda independentista, y es que se trata de mejorar las cosas, de mejorar la actual situación, y por ello le exigimos a la izquierda española que haga lo mismo, porque, en caso contrario, Ciudadanos y Vox nos pasarán por encima”. Para el diputado de Esquerra, “llamar a ahora a la gente a votar es negligente”.