El gobierno municipal de Barcelona en Comú (PSC) y el PSC ha aprobado hoy la nueva organización interna del Ayuntamiento de Barcelona. Ambos partidos han logrado 32 votos de un total de 41 apoyos posibles en el pleno municipal celebrado hoy en la ciudad condal.
El Ejecutivo local bipartito ha conseguido aprobar el cartapacio con más apoyos de los que logró Ada Colau para reeditar su puesto como alcaldesa de Barcelona. Si el 15 de junio cosechó 21 apoyos (10 de BComú, 8 del PSC y tres de Barcelona pel Canvi-Ciutadans, la plataforma amplia de Manuel Valls), hoy han sido 32, once más. Han dado validez a la propuesta de concejalías los dos partidos de gobierno, además de ERC, los concejales Valls y Eva Parera --ahora en el grupo mixto-- y los dos ediles del PP. Ciudadanos (4) se ha abstenido, mientras que JxCAT (5) se ha quedado sola votando en contra.
"Progresista, 'verde' y feminista"
Los comunes y PSC han desgranado en sus primeras intervenciones las líneas maestras del mandato que arranca. Colau ha apostado por un Ejecutivo que aborde las cuestiones de vivienda, emergencia climática o empleo de calidad. Ha citado la munícipe la crisis de inseguridad en la capital catalana, aunque se ha refugiado en la "complejidad" de una "ciudad masificada" como explicación. "Es el gobierno con más apoyo, 18 concejales, desde 2007", ha señalado Colau.
Más claro ha sido Collboni. El ya primer teniente de alcalde ha apostado por que "vuelva la política" a la ciudad condal. Ha tildado de "ecologista y feminista" el gobierno local entre BComú y los socialistas. Prueba de ello, ha argumentado el concejal y cabeza de cartel del PSC, es que tres mujeres (Colau, Janet Sanz y Laia Bonet) han presidido el pleno municipal por primera vez en la historia de la institución.
Oposición: voto de confianza
En el campo de la oposición, los partidos han hilvanado duras críticas contra el nuevo gobierno bipartito. Ernest Maragall, jefe de filas de ERC, ha lamentado que el Ejecutivo local "no aporte nada nuevo" y que, bajo su punto de vista, "dé la espalda a la ciudad de los derechos y libertades". Elsa Artadi, de JxCat, ha afeado a los dos partidos que no aborden "la crisis de insegruridad o climática". Recordando los tres votos que permitieron a Colau ganar la sesión de investidura, Artadi ha querido "felicitar" a Manuel Valls.
Por su parte, Ciudadanos ha lamentado la presencia de un lazo amarillo en la fachada del Ayuntamiento de Barcelona. Luz Guilarte ha arremetido contra la política económica del último mandato de BComú y ha anunciado que "combatirán" el auge del crimen en la ciudad condal. Manuel Valls, a su vez, a felicitado "el tono necesario" para recuperar el diálogo y ha anunciado que él y Parera "se pondrán al servicio del buen gobierno". Un discurso más duro ha hecho Josep Bou (PP), que ha preguntado directamente a Jaume Collboni si el "PSC es constitucionalista" habida cuenta de que "el busto del rey no ha vuelto al salón de plenos, pero sí un lazo amarillo" [en el sillón del concejal y político preso Joaquim Forn, en prisión provisional por organizar el procés].
Forn, ausente
Precisamente, el símbolo independentista ha sido uno de los protagonistas del primer pleno de los 44 que se celebrarán esta legislatura. JxCat lo ha colocado en el sillón de Forn, a quien el Tribunal Supremo negó su petición de asistir a la sesión por seguridad. La alcaldesa Ada Colau ha lamentado la decisión de la justicia sobre un edil "a quien votaron millares de barceloneses". Manuel Valls, por su parte, ha recordado que "no hay presos políticos en España, pues los investigados son personas que se saltaron las leyes".
Al término de la sesión y antes de aprobar su gobierno con amplia mayoría, Ada Colau ha anunciado que empezará una ronda de contactos con la oposición. Lo hará como respuesta a las peticiones de Ciudadanos de celebrar un pleno extraordinario sobre seguridad, por un lado, y sobre el alza de los precios de los alquileres pedido por ERC, por el otro.