Suiza, de nuevo, en el foco del conflicto independentista. El informe elaborado por el Ministerio de Exteriores sobre la actividad de las ‘embajadas’ catalanas, tiene a Ginebra como uno de los epicentros de la diplomacia independentista. Tras el fallido intento del fugado Carles Puigdemont de convertir Bruselas en su altavoz independentista --y tras ser excluido como eurodiputado--, el expresidente ha trasladado el epicentro de su propaganda internacional al país helvético. Los indicios son numerosos.
Estos trabajos, calificados por el presidente Quim Torra como Borrellgate, trascendían pocos días después de que el Ministerio pidiera al Tribunal Superior de Justicia de Cataluña el cierre de las delegaciones de Berlín, Londres y Ginebra como medida cautelar, en el marco del proceso contencioso que se sigue contra la diplomacia secesionista. Pues, a juicio del Gobierno español, a eso se dedican esas ‘embajadas’, dado que ya existe una red comercial que, a diferencia de éstas, dependientes de la Consejería de Acción Exterior, forman parte del organigrama de la Consejería de Empresa.
El apoyo suizo a Kosovo
¿Por qué suscita tanto interés el país helvético para los defensores del procés? “Suiza apoyó la independencia de Kosovo, es sede de importantes organismos internacionales, y un enclave financiero fuera de la Unión Europea”. Habla François Meylan, presidente de Catalunya Peuple d’Espagne, una entidad dedicada a defender los intereses españoles en el extranjero. Muy atentos a la diplomacia catalana y su propaganda independentista, Meylan denunció ante la Organización de las Naciones Unidas por la Educación, la Ciencia y la Cultura, los ataques de los secesionistas contra el patrimonio cultural inmaterial y material español. Y logró que esta entidad se interesara por ello.
Sin embargo, ha sido en la ONU donde el secesionismo ha obtenido una de sus victorias pírricas. Un grupo de trabajo de la ONU criticó el encarcelamiento de políticos independentistas por el referéndum del 1-O en un estudio, no vinculante.
Es aquí, en Suiza, donde el pasado sábado, Carles Puigdemont convocó a representantes de Junts per Catalunya, ERC, CUP, Assemblea Nacional Catalana (ANC) y Òmnium Cultural para intentar recomponer el fracturado espectro separatista. Y es en este país donde viven la cupaire Anna Gabriel y la secretaria general de ERC, Anna Rovira, tras decidir huir de la Justicia española. En junio, Puigdemont asistía a la sesión inaugural del Foro Internacional Crans Montana, organizado por esta ONG suiza en Ginebra. Ya lo hizo en 2018. “¿Quiere decir esto que los votos de los dos millones de personas que votaron partidos que defienden la independencia de Cataluña valen menos que el resto”, se preguntó en relación a su exclusión como eurodiputado.
El fuerte arraigo de la ANC en Suiza
“Para mi, la matriz básica es la ANC. Influye en la Generalitat y en Diplocat –la entidad del Govern que se ocupa de la diplomacia catalana—y tienen una fuerte presencia en Zurich. Los españoles residentes en Suiza son unos 125.000 y los separatistas catalanes solo unos pocos miles, pero en ocho años, han logrado captar gobierno, periodistas, políticos y académicos”.
En febrero pasado, Puigdemont participaba en un debate en esa ciudad con el editor de Tages Anzeiger, Sandro Benino, para defender el procés. Asimismo, el Institut Ramon Llull, que depende de la Consejería de Cutltura, ha concedido subvenciones anuales por valor de 5.500 euros desde 2016 a la Universidad de Zurich, cifra que en el caso de Grenoble, alcanzan los 19.000 euros.
Uno de los primeros viajes oficiales al extranjeros realizados por la consejera de Presidencia, Meritxell Budó, fue Lausanne, donde se cenó con el delegado de la Generalitat en Suiza, Manuel Manonelles.
Pero las complicidades entre independentistas catalanes y dirigentes suizos se remonta a abril de 2017, cuando una delegación de diputados suizos viajó a Cataluña para conocer de primera mano el procés y reunirse con el entonces presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, y la presidenta del Parlament, Carme Forcadell. Era la segunda visita que representantes helvéticos realizaban con esta finalidad, auspiciados por el consejo de amistad Suiza-Cataluña. El grupo estaba formado por Viola Ahmerd y Yannick Buttet, del Partido Demócrata-cristiano; Lisa Mazzone, del Partido Ecologista, y Mathias Reynard, del Partido Socialista. Reynard sería uno de los observadores internacionales del 1-O.
El informe del Tribunal de Cuentas
Si el Govern tiene “comprados” o no a periodistas o universidades suizas, así como en otras capitales del mundo, es uno de los objetivos del exhaustivo informe del Tribunal de Cuentas sobre la fiscalización de las políticas de acción exterior 2011-2017
En el mismo se relatan los contactos de la Secretaría de Exteriores del Govern con Suiza, así como el coste de cada uno de los viajes y actos realizados. Narra, por ejemplo, la participación en la conferencia internacional "Autodeterminación en Europa: desafíos contemporáneos de las minorías en estados multinacionales", desarrollada el 9 de octubre de 2014, en la Universidad de Berna. Este panel público llevaba por título "Secesión en la UE: ¿por qué (o por qué no) y cómo?" y contó también con las intervenciones del embajador de la UE en Suiza y el principado de Liechtenstein, y de una investigadora de la Universidad de Edimburgo. El gasto del viaje ascendió a 426,18 euros.
"Estrategia de Suiza 2017"
Uno de los documentos a los que hace referencia el Tribunal de Cuentas es lleva por título: “Estrategia de Suiza 2017”, en el que aparecen, entre otros, los siguientes puntos: “ayudar a organizar el viaje a Cataluña del Grupo de Amistad Parlamentaria Suiza-CAT (19-21 abril 2017)”; “establecer contacto con nuevos consejeros nacionales y de los estados para sumarlos al Grupo de Amistad y presentarles la situación política de Cataluña” y “ampliar la red de medios de comunicación y establecer nuevos contactos de prensa: publicación de artículos en los diarios principales en defensa del Parlamento y de la Democracia en Cataluña en momentos de actualidad destacada. Sondear a los medios radiofónicos y televisivos suizos”.
La Diada en la delegación de Ginebra
La fiesta organizada por la Delegación de Ginebra con motivo de la Diada de 2017 reunión, según el informe fiscalizador, a 410 personas (misiones permanentes y Estados no miembros, organizaciones intergubernamentales, altos cargos del Gran consejo y del Consejo de estado, líderes de partidos políticos, miembros del Ayuntamiento de Ginebra, organizaciones más importantes con sede en Ginebra: ANC, casal catalán, catalanes relevantes, catalanes en organizaciones internacionales, suizos del mundo académico, suizos relevantes, prensa, grupo de amistad parlamentaria Suiza-Cataluña, reporteros especiales, ONG. El coste del acto que incluía el alquiler de las salas, el catering, el fotógrafo, un músico y las invitaciones ascendió al menos a 4.617,45 francos suizos, que suponen unos 3.900 euros.
El Tribunal alude a diversas fichas con fecha de enero de 2016 de algunos diputados suizos sacadas de la página del Parlamento suizo sobre las que, como resultado de entrevistas mantenidas con ellos posteriormente, constan diversas notas a mano sobre sus posturas respecto a la independencia, el referéndum o el derecho a decidir de Cataluña, la creación de un grupo de amistad Suiza-Cataluña, la realización de una moción parlamentaria, su conocimiento de la realidad catalana y la posibilidad de realizar una cena el 6 de junio.
Durante los meses de febrero y marzo se producen numerosos viajes del delegado Manonelles a distintas ciudades de Suiza para mantener las entrevistas con diputados suizos.