Ada Colau se pasa a las cervezas y a los festivales
La alcaldesa de Barcelona se desmelena en el Cruïlla de Barcelona
9 julio, 2019 00:00La cara visible del partido Barcelona en Comú y alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, sabe cómo actuar para rebajar tensiones: el fin de semana se desató en el Festival Cruïlla de música, celebrado en el Parc del Fòrum de Barcelona.
Un festival que dio el pistoletazo de salida el 3 de julio, aunque entonces la munícipe no pudo asistir debido a sus compromisos laborales. Sin embargo, sí que acudió el sábado 6 de julio, día en el que se mostró de lo más desenfrenada.
Colau, cervezas, bailes y música electrónica
La noche es joven, pensó Colau. Por ese motivo, y nada más llegar al recinto donde tuvo lugar el festival, la alcaldesa fue a por una cerveza bien fresquita, para apaciguar el sofocante calor (y el bochorno) en la Ciudad Condal y empezar a coger energías para los bailes que le quedaban por delante.
Una noche en la que disfrutó de conciertos como los de Kylie Minogue, Jorge Drexler y el del disyóquey Parov Stelar, quien actuó en el escenario Cruïlla Enamora. Ada Colau estaba entre el público; se entregó como una groupie más. Y es que la alcaldesa, junto con otros compañeros como la teniente de alcalde de Urbanismo, Ecología y Movilidad, Janet Sanz, lo dio todo, cerveza en mano incluida. Lejos de pasar desapercibidas, llamaron la atención de todos los allí presentes. Bailaron, saltaron y bebieron como auténticas adolescentes. Incluso se prestaron a hacerse fotos y vídeos con los más curiosos que se acercaron hasta la zona donde estaban las políticas. Puro espectáculo.
Ada Colau, apasionada de la cerveza
Esta no es la primera vez que la política catalana deja entrever lo mucho que le gusta saborear una buena cerveza. El pasado marzo del 2018, y con el objetivo de captar nuevos adeptos para su partido, Colau y su séquito más joven organizaron un acto para hablar de política, cuyo reclamo era que la cerveza se vendía a 0,50 euros. Bastante más barata, por cierto, que en el festival Cruïlla, donde un vaso grande de bebida de cebada valía 5 euros.
Una cantidad de dinero que seguro no pagó la esposa de Felipe VI, Letizia Ortiz. En julio de 2013, la mismísima reina de España acudió, junto con unas amigas, al Festival Internacional de Benicàssim para ver en directo a la banda estadounidense The Killers. Una presencia que, pese a que se conjeturó, nadie pudo llegar a confirmar puesto que Letizia optó por pasar desapercibida. Ni punto de comparación con el festival que se montaron Ada Colau y sus compañeros de partido. ¿Estrategia para ganar más adeptos o pura realidad? Lo cierto es que el fiestón que se marcó ya no se lo quita nadie. Larga vida a la música.