Toni Roldán es el portavoz de Economía de Ciudadanos en el Congreso. Y sopesa dejar su escaño cuanto antes, y dar un paso al lado respecto a su compromiso con Cs. El disgusto es “enorme”, según apuntan las fuentes consultadas. Roldán podría anunciar su decisión de forma inmediata o justo después del verano. Pero la decisión está tomada. Su incorporación al partido fue importante, de la mano del que había sido su profesor y director de tesis en la London School of Economics, Luis Garicano, elegido eurodiputado y nuevo vicepresidente de los liberales europeos.
Sin embargo, el propio Garicano podría replantearse su futuro, porque la desazón interna es enorme. El caso de Roldán es notorio e ilustrativo. Ha aportado una clara modernización del discurso económico en España, con proyectos de reformas constantes, de carácter liberal, pero sin romper con una columna vertebral socialdemócrata. Roldán es hijo de Santiago Roldán Curri --ya fallecido--, el economista de referencia del PSOE en los años ochenta, uno de los principales autores del programa económico de Felipe González en 1982 y uno de los fundadores del PSC. Y la madre de Toni Roldán es Maria Antònia Monés, también economista, que fue directora de Análisis Político y Económico en el Departamento de Economía de la Generalitat y directora del departamento de Economía del Gabinete de Presidencia en el último mandato de Felipe González.
Influir en el Gobierno, con un pacto
Con esos mimbres y educado en Londres, con la ascendencia de Garicano, Roldán no entiende –como otros diputados y dirigentes de Ciudadanos— la apuesta de Albert Rivera por un cordón sanitario contra Pedro Sánchez. El acercamiento al PP, que ha supuesto otorgar gobiernos locales y autonómicos a los populares, con el apoyo de Vox, está reventando las costuras de Ciudadanos.
Roldán, que fue de número dos por Barcelona detrás de Inés Arrimadas en las elecciones al Congreso, ha dado cuenta de su preocupación, y se muestra confuso con su propio papel en la Cámara Baja. Se trata de un sector, en Ciudadanos, que considera que sería el momento para influir en el Gobierno, y reorientar las políticas económicas de Pedro Sánchez. Pero eso sólo se podría hacer, y tendría efectividad, con un acuerdo de gobierno, no desde la oposición y al lado del PP. Todo eso coincide con el incidente de este jueves. Mientras Rivera señalaba que el presidente francés, Emmanuel Macron, había felicitado al partido por sus acuerdos poselectorales, el Elíseo desmentía sus palabras, molesto por esa aproximación de Rivera a Vox, a través de sus pactos con el PP.
Reformas, como la mochila austriaca
Esa idea contraria a esos acuerdos la ha sostenido Manuel Valls, que ha mostrado en las últimas horas todas sus diferencias con Albert Rivera, al apoyar sin titubeos un acuerdo entre el PSOE y Ciudadanos que tendría 180 diputados, ofrecería estabilidad en la política española y podría permitir reformas importantes en el ámbito socio-económico. Para empezar, con un impulso a la llamada “mochila austriaca” sobre la reforma de las pensiones, una idea en la que ha insistido Roldán, junto a otras políticas reformistas.
Por ello, la frustración de un dirigente como Roldán es enorme, y se une a la de los padres fundadores de Ciudadanos, que no entienden que se pierda una oportunidad que llevaban años promocionando. Es el caso de Francesc de Carreras, que lo ha hecho por escrito, en diferentes artículos, en los que reprocha la opción de Rivera. Pero también de otros intelectuales, como Arcadi Espada, que ayudaron a la constitución de Ciudadanos.
Un 'gol' a Rivera
Otro de los que consideran que Rivera ha quedado desenfocado es José Antonio Zarzalejos, que entiende que tanto Pablo Casado como Manuel Valls han “goleado” a Rivera, por su política de pactos, totalmente ligado al PP y a Vox. Sin embargo, la determinación de Rivera es clara. Tampoco hay nadie en Ciudadanos que dé un paso adelante, con la idea de disputar el liderazgo a Rivera en el partido.
Y quien lo ha hecho, con decisiones distintas, como Manuel Valls, ha quedado descolgado, con dos concejales en el Ayuntamiento de Barcelona. La cuestión es si las decisiones individuales se pueden generalizar, con un proyecto interno sólido en Ciudadanos, o se quedarán en eso, en respuestas concretas, como las de Roldán o Valls a las decisiones del líder, del único líder, Albert Rivera.