Los grupos municipales del Ayuntamiento de Barcelona han tomado posiciones tras la investidura de Ada Colau como alcaldesa de Barcelona, gracias a los votos de PSC y Manuel Valls, lo que ha impedido que Ernest Maragall (ERC), ganador de las elecciones, se conviertiera en el nuevo alcalde independentista de la ciudad. Desde el bizarro discurso españolista de Josep Bou (PP) hasta el rencor expresado por Maragall, pasando por la mano tendida de Jaume Collboni (PSC) y Manuel Valls (Barcelona pel Canvi-Cs) a Colau para lograr amplios acuerdos en temas importantes para la ciudad.
Bou (PP) ha criticado las diferentes fórmulas utilizadas por los independentistas y los comunes para prometer la Constitución “por imperativo legal”. Ha hecho un balance negativo de la gestión de Colau, a la que ha puesto deberes en materia de seguridad, igualdad lingüística, paz institucional, fomento de la concordia y fomento del comercio. El concejal, que se presentó como independiente, ha instado a respetar la monarquía y ha acabado su discurso con referencias al “españolazo” Rafael Casanova –icono catalanista-- y un atronador “¡Viva Barcelona, viva Cataluña y viva España!”.
Los reproches de Forn
Joaquim Forn (Junts per Catalunya), en prisión preventiva y a quien el Tribunal Supremo ha otorgado un permiso para formalizar el acta de concejal, ha tenido un recuerdo para los “exiliados” y los “presos políticos”, así como para el exalcalde de Barcelona, Xavier Trias, presente entre el público y que no ha repetido como concejal.
El cabeza de lista de JxCAT ha dicho que está pagando un “gran precio” por sus convicciones. Ha admitido que la designación de Colau es legítima, pero “creo que ha cometido un gran error al no apoyar la lista más votada, todos sabemos que es alcaldesa gracias a un partido que ha intentado por todos los medios que Barcelona tuviera un alcalde independentista. Es una operación política de quienes usted denomina ‘poderosos’”.
Valls tiende la mano a Colau
Manuel Valls, líder del grupo Barcelona pel Canvi-Cs, ha marcado perfil europeísta y “progresista”. Pero, sobre todo, “de servidor público”. Ha reconocido que a Colau “no le ha sido fácil elegir” y tras revalidar su apoyo, le ha tendido la mano para pactar los temas importantes de la ciudad y superar la confrontación entre izquierda y derecha. “Solo le pongo como condición el respeto a la ley y la Constitución. No hay presos políticos ni exiliados”, ha dicho, lo que le ha valido los abucheos de los asistentes. Colau los ha censurado con un llamamiento a respetar todas las posturas.
Por parte del PSC, Jaume Collboni –que ha hablado en catalán, castellano e inglés-- ha defendido la barcelonidad como forma de ejercer una catalanidad comprometida con “los pueblos de España y América Latina”. A su juicio, el procés demuestra el fracaso de la política y ha lamentado la judicialización de un problema. "Nadie ha querido llegar hasta aquí", ha dicho.
Collboni ha tendido también la mano a Colau para alcanzar amplios consensos.
El rencor de Maragall
Ernest Maragall (ERC), que a pesar de vencer en las elecciones no ha podido ser alcalde, asegura estar dispuesto a construir la república catalana desde la oposición municipal "a donde nos han enviado la extraña pareja de la aritmética. 21 votos pesan más que cualquier lógica progresista y republicana". Maragall ha dicho que "toma nota" y avisa de que "no seremos dóciles, hoy no nos tiendan manos. Hoy queda consolidado el frontismo. Que nadie se permita presumir el progresismo si no hay compromiso de defender el retorno de los exiliados y la excarcelación de los presos políticos".