El candidato de ERC a la alcaldía de Barcelona, Ernest Maragall, empieza a aceptar su derrota a pesar de que ganó las elecciones municipales del 26M. En una comparecencia pública acompañado por su equipo después de las últimas manifestaciones de Ada Colau (BComú) y Jaume Collboni (PSC), concluye que la todavía alcaldesa ha "ganado tiempo" con la sugerencia de un tripartito de izquierdas y que lo único que le interesaba era mantener la vara de mando.

"Han caído todas las caretas", ha dicho Maragall, antes de añadir que "Ada Colau ha reconocido que la propuesta del tripartito era solo un instrumento táctico para ganar días, tiempo y espacio, y también ha evidenciado con claridad y contundencia que la única cuestión era la alcaldía".

"Todo se reduce al señor Valls"

Porque Colau se inclina por un pacto con el PSC y los votos regalados de Manuel Valls, algo que le reprocha el menor de los Maragall. El candidato republicano, que mantendrá su candidatura hasta el pleno del 15 de junio, se pregunta por qué BComú "no ha escogido la opción más amplia desde el punto de vista progresista", una alianza con ERC, la "fuerza ganadora el 26M". Y él mismo se responde: "No interesaba la ciudad, sino la alcaldía".

Maragall ha recordado que las encuestas poselectorales, como la publicada por Crónica Global, coinciden en que los votantes de Colau prefieren un ayuntamiento "progresista entre ERC y los comunes". Pero, ahora, "todo se reduce al señor Valls". Esquerra propuso a BComú "un proyecto nítidamente progresista, un gobierno 50-50, un liderazgo compartido", aunque no ha obtenido respuesta.

Acción "contra el independentismo"

Para terminar, ha afirmado que ha habido una "clara decisión y actuación" para "echar" e "impedir" que ERC forme parte del gobierno: "Ha sido una acción contra el independentismo y contra ERC como fuerza principal representativa de esta opción".

No obstante, mantiene que él es "la mejor propuesta para Barcelona", el "único" que puede superar la dinámica de bloques y mantener un diálogo institucional con la corresponsabilidad entre un partido independentista y uno que no lo es.