Los abogados de las defensas se han agarrado al Código Penal español para que el tribunal encargado de juzgar el procés se atenga a la visión más restrictiva de lo que es la violencia, tal y como aconseja el derecho penal para que un juicio cuente con todas las garantías para los acusados. Ha sido precisamente en el arsenal argumentativo para rebatir el delito de rebelión que solicita Fiscalía donde mayor consenso se ha percibido entre los letrados, que desde el inicio del proceso judicial han demostrado seguir estrategias muy dispares.
Todos han confrontado el concepto de "violencia necesaria" hilvanado por el ministerio público para sostener la rebelión. El abogado de Forn, Javier Melero, ha hablado de "no banalizar la violencia", mientras que Jordi Pina, letrado defensor de Jordi Sànchez, Josep Rull y Jordi Turull ha dicho que no "cualquier violencia es la necesaria" para imputar una pena tan grave como la que afrontan los líderes independentistas sentados ante el Tribunal Supremo. El abogado de Oriol Junqueras y Raül Romeva, Andreu Van den Eynde, que ha sido el primer en comparecer, ha subrayado la "imposibilidad" de probar la "violencia" que ha demostrado la acusación pública.
¿Solo desobediencia?
Además de rechazar la rebelión, tampoco han dado crédito a la condena por sedición que pide la Abogacía del Estado. Según Van den Eynde y Pina se trató de "manifestaciones" enmarcadas en el derecho de protesta y libertad de expresión. En este sentido Pina ha recordado que si lo que buscaba su cliente, el exlíder de la ANC, era llevar a cabo una sedición no hubiera informado de los manifestantes que esperaban (unos 2.000) reunir ante la Consellería de Economía el 20 de septiembre de 2017.
Los tres letrados han orientado sus alegatos con el fin de que los magistrados desestimen tanto la rebelión como la sedición. En este sentido, han hecho un amago de admitir que se produjeron episodios de "desobediencia". Quien ha hablado más claro sobre este delito --que no implica pena de cárcel-- ha sido el letrado Melero al afirmar que "cede esa trinchera". No obstante, las defensas han circunscrito esta desobediencia en no responder a los requerimientos del Tribunal Constitucional y poco más.
Pina, que en numerosas ocasiones ha utilizado la expresión "por el amor de Dios" para resaltar su incredulidad por las pruebas utilizadas por la Fiscalía, ha hecho hincapié en que las acusaciones no han podido demostrar la "leve violencia", pues en los vídeos que se reprodujeron en la sala no se vieron todos los "escupitajos, lanzamiento de piedras y patadas" que contaron los agentes de la Policía Nacional y de la Guardia Civil. Con todo, han buscado desvirtuar el concepto de violencia por el que Fiscalía pide 25 años de cárcel a los líderes del procés independentista.