Dos bajas de calado en nueve días. El exdiputado de la CUP Quim Arrufat, uno de los cerebros de los radicales, ha renunciado a repetir en las listas a la alcaldía de su pueblo, Vilanova i la Geltrú (Barcelona). El exelecto, que ya fue concejal en esta localidad de 2009 a 2012, se aparta alegando "motivos personales".
En una carta abierta publicada en las redes sociales, el activista ha anunciado que "tras pensarlo mucho he decidido salir de la lista electoral para las próximas municipales. Este último ciclo político fue muy intenso y agotador", esgrime Arrufat. Pide disculpas el exelecto en el Parlament por "haberlo anunciado tarde" tras confirmar que sí concurriría a los comicios. "La CUP hace un mes que lo sabe y hoy que se presenta la lista, es preciso hacerlo público. Y yo aprovecho para explicarme y disculparme". ¿Por qué se va? "No es una decisión que tome por discrepancias con el proyecto de Capgirem Vilanova-CUP, que es la mejor apuesta para el municipio. No me voy, cambio de posición, pero sigo en el frente", ha aclarado.
Segunda baja en una semana
Cualquiera que fueran los motivos esgrimidos por el líder y activista antisistema, su adiós es un mazazo para el partido. La CUP recabó 4.421 votos y cinco ediles en las elecciones municipales de 2015, siendo tercera fuerza política. La localidad costera --que ahora gobiernan el PDeCAT y ERC-- era uno de los objetivos de los anticapitalistas para la cita electoral del 26 de mayo. La marcha de Arrufat pone más cuesta arriba desalojar de la alcaldía a Neus Lloveras, la que fuera expresidenta de la Asociación de Municipios por la Independencia (AMI).
Mireia Boya, exdiputada de la CUP, que dejó la cúpula por presunto acoso psicoĺogico / EFE
Asimismo, hay otra arista compleja en la espantada de Arrufat. Es la segunda baja de calado en apenas nueve días. El pasado 29 de marzo, la también exdiputada Mireia Boya anunció que dejaba el secretariado nacional de los radicales tras sufrir "agresiones psicológicas". El partido no sanciońo al presunto agresor y parte de las bases se han sublevado ahora contra la dirección.
No expulsarán al atacante
Esta semana, la diputada radical Maria Sirvent anunció que la formación no suspendería de militancia al presunto atacante de Boya, cuya identidad no ha trascendido. Sirvent precisó que la formación ha abordado la denuncia pública de la exdiputada utilizando su protocolo de agresiones machistas y desde un punto de vista "reparador y no punitivo".
Ello no ha aplacado la ira de algunos grupos municipales de los antisistema, que han exigido más autocrítica y transparencia para lidiar con el caso. Si primero trascendió un escrito público de queja de cuatro asambleas al norte de Barcelona, se espera que en los próximos días se sumen más núcleos a estas muestras de descontento.