Durísimo. El embajador español José Antonio de Yturriaga arremete contra el procés en un artículo que se publica en el último número de la revista Diplomacia Siglo XXI. Se titula Graves peligros del nacionalismo catalán y tras denunciar el autoengaño y la propaganda en la que se basa el independentismo catalán, recuerda que Quim Torra “sigue siendo el Presidente de la Comunidad y goza de plenos poderes y competencias gracias a una Constitución y un Estatuto que viola día tras día”.
José Antonio de Yturriaga Barberán, ex embajador de España
De Yturriaga ingresó en la carrera diplomática en 1963. Fue secretario de Embajada en Liberia, Cónsul en Düsseldorf, asesor jurídico internacional, consejero cultural en Portugal, jefe de la asesoría jurídica internacional, secretario técnico, embajador en Irak, Rusia e Irlanda, presidente del Consejo Superior de Asuntos Exteriores, representante permanente ante la ONU en Viena... Y es autor de numerosas monografías sobre temas de Derecho Internacional.
El agradecimiento de Borrell
Hace varias semanas, el ministro de Exteriores, Josep Borrell, envió un correo electrónico a este exembajador y profesor universitario, en el que le agradecía su carta de protesta dirigida al Trinitty College de Dublín por la participación de Carles Puigdemont en la conferencia Independencia, nacionalismo y democracia, celebrada el pasado 29 de enero.
En su artículo, en el que arremete contra los nacionalismos apoyado en el pensamiento de intelectuales, políticos e historiadores como José Ortega y Gasset, Agustí Calvet, “Gaziel”, Miguel de Unamuno, Michel Ignatieff o John Elliot, entre otros. El diplomático distingue entre dos tipos de nacionalismo, “el que exalta las virtudes de la nación –su historia, sus tradiciones, su lengua, su cultura, su folklore o su gastronomía- y el que adquiere un carácter identitario que excluye a los que no comulgan con sus ideas. El primero es un factor de progreso y resulta encomiable, pero el segundo es un factor de retroceso y resulta rechazable”.
"Mundo virtual inventado"
Afirma que ese nacionalismo identitario se nutre de “irrealidad e irracionalidad” pues, a su juicio, “vive en el autoengaño de un mundo virtual inventado, que convierte en realidad a través de la ‘posverdad’. No piensa con la cabeza, sino con las vísceras, se deja llevar por el sentimiento y se olvida de la razón. Por ello resulta muy difícil dialogar con los nacionalistas, ya que sólo tratan de imponer sus criterios y sus dogmas a los demás. Como decía Albert Camus, ‘tengo miedo a un hombre al que yo no pueda convencer’, pues no caben argumentos frente a ellos”.
El Presidente de la Generalitat, Quim Torra, en el Mobile World Congress / EFE
Los nacionalismos, añade, “son belicosos. Sin llegar al extremo de François Mitterand, que dijo que eran la guerra, sí se puede afirmar que han provocado más de un conflicto armado, como las dos Guerras Mundiales o la Guerra Civil en la antigua Yugoslavia”.
Cita a Emmanuel Macron, para quien “el nacionalismo excluyente era la traición del patriotismo, ya que exacerbaba las diferencias y buscaba dinamitar el Estado de Derecho”. Añade que, tal como dijo Mira Milosevich, “en los siglos XIX y XX los nacionalismos luchaban por un territorio a través de la guerra, pero hoy –como en el caso de Cataluña-, sus batallas se libran mediante la propaganda y la manipulación de la opinión pública. La desinformación y las fake news forman parte de la estrategia de los nacionalistas para internacionalizar el supuesto conflicto con España”.
El juicio del Supremo
En este sentido, explica que “el Tribunal Supremo acaba de iniciar el juicio contra algunos de los máximos dirigentes del nacionalismo catalán, no por sus ideas –como han alegado los encausados-, sino por haber violado reiteradamente la Constitución, el Estatuto y las leyes nacionales y autonómicas, pese a las advertencias del Tribunal Constitucional”.
Añade que “si el Gobierno y el Supremo persiguieran a los nacionalistas catalanes por sus ideas, ¿cómo es posible que no enjuicie a Joaquín Torra (sic) o a Roger Torrent y les permita seguir desde el poder autonómico su labor diaria en pro de la independencia de Cataluña? ¿Cómo se explica que unas personas que, no sólo piensan, sino que actúan para lograr una independencia contraria a la Constitución, y que ha sido condenada por el Tribunal Constitucional, continúan ostentando las máximas jefaturas de la Generalitat y del Parlament?”.
La 'agitprop' independentista
Al respecto, considera “flagrante” el caso de Quim Torra. “Sigue siendo el Presidente de la Comunidad y goza de plenos poderes y competencias gracias a una Constitución y un Estatuto que viola día tras día, proclama su determinación de implantar una República independiente en Cataluña, menosprecia e insulta al Rey, pide públicamente atacar al Estado, promueve la acción violenta de los Comités de Defensa de la República (CDR) y de la CUP, y se ha instalado en una situación de permanente insumisión ante el Estado de Derecho español”.
Sin embargo “la agitprop independentista ha conseguido vender ante la opinión pública internacional que los pobres nacionalistas catalanes están siendo agredidos por un Estado dictatorial a causa de sus nobles ideas. La conclusión a la que se llega según está ilógica lógica es que el Gobierno español, además de antidemocrático, es completamente estúpido e ineficaz”.