El diplomático que marca el paso a Borrell contra los 'indepes'
"Solo el Rey y la Justicia han estado a la altura en el 'procés'", asegura José Antonio de Yturriaga, exembajador español convertido en el azote internacional de Puigdemont
7 febrero, 2019 00:00Su currículo es interminable. El diplomático José Antonio de Yturriaga (Granada, 1936) se ha convertido en el azote internacional de Carles Puigdemont. Hace varios días, el ministro de Exteriores, Josep Borrell, envió un correo electrónico a este exembajador y profesor universitario, en el que le agradecía su carta de protesta dirigida al Trinitty College de Dublín por la participación del expresidente catalán en la conferencia Independencia, nacionalismo y democracia, celebrada el pasado 29 de enero.
“Fui embajador en Irlanda durante cuatro años, conozco bien esa institución, es una ofensa que invitaran a un fugado de la Justicia. Me sorprendió mucho que lo hicieran”, explica a Crónica Global. Elogia a Borrell, a quien “tengo en alta estima y consideración. Es una persona seria y conozco a gente de su equipo. Se están activando para responder a la propaganda independentista” mediante iniciativas, dice, como la recién creada plataforma España Global. Asegura que, a lo largo del llamado procés, “los únicos que han estado a la altura de las circunstancia han sido el Rey y la Justicia”.
De Yturriaga ingresó en la carrera diplomática en 1963. Fue secretario de Embajada en Liberia, Cónsul en Düsseldorf, asesor jurídico internacional, consejero cultural en Portugal, jefe de la asesoría jurídica internacional, secretario técnico, embajador en Irak, Rusia e Irlanda, presidente del Consejo Superior de Asuntos Exteriores, representante permanente ante la ONU en Viena... Y es autor de numerosas monografías sobre temas de Derecho Internacional.
Protesta contra Bélgica
Hace varios meses movilizó a medio centenar de exembajadores que firmaron una carta en la que expresaban su “sorpresa, preocupación e indignación por el comportamiento que están teniendo con España el Gobierno y las autoridades judiciales de Bélgica" con los dirigentes independentistas. Y también envió una queja a la Universidad escocesa de St Andrews, donde imparte clases Clara Ponsatí, después de que la vicerrectora asegurara que la exconsejera de Educación estaba siendo “perseguida por defender sus ideas”.
Más recientemente, De Yturriaga se movilizó junto a la entidad Foro de Profesores para que un debate en la universidad London School of Economics sobre el futuro de los dirigentes nacionalistas en prisión preventiva que, en un principio, solo tenía que contar con Clara Ponsatí, su abogado Aamer Anwar y el conseller de Exteriores, Alfred Bosch, incluyera a última hora del profesor de Ciencias Políticas de la UNED José Ignacio Torreblanca para dar en contrapunto. "La sociedad civil ni puede suplir la labor del Gobierno y la sensación entre los diplomáticos es que ha habido una cierta pasividad y también hay indignación sobre los ataques a España", explica Yturriaga.
Carles Puigdemont durante una entrevista en Bélgica / EFE
Considera que la campaña secesionista contra la imagen de la Justicia en vísperas del juicio del 1-O “es lamentable, es un acto más de deslealtad que siempre han demostrado los independentistas. El nacionalismo necesita un enemigo. Y me maravilla la capacidad de movilizarse que tienen. Han tenido un cierto éxito en ese agitprop”.
José Antonio de Yturriaga cree que no existe una solución fácil para el conflicto catalán. “No hay una fórmula mágica. Quizá la única salida sea mantener la situación actual. Una reforma constitucional no es viable porque no hay consenso, los partidos parece que quieren enterrar el diálogo. Tampoco podemos premiar a los insumisos. El régimen de las autonomías tiene muchas deficiencias, pero el independentismo ha fracasado. Y muchos que lo apoyaban se han dado cuenta”. El diplomático cree necesario “restablecer el orden y la ley, porque sin ley no hay democracia”.
El diplomático publicará en breve un libro en el que ofrece una visión de Cataluña desde el exterior. Está dedicado “a los catalanes que quieren seguir siendo españoles y a los que no quieren, para que reflexionen sobre su actitud”.