Carles Puigdemont insiste en trazar paralelismos entre la situación de Cataluña y países con graves conflictos internos. En esta ocasión, le ha tocado el turno a Israel, del que dice que tiene "un proyecto nacional y cultural muy parecido".

El expresidente de la Generalitat, huido de la justicia en Bélgica desde que declaró la independencia de Cataluña el 27 de octubre de 2017, ha manifestado lo siguiente al canal de televisión israelí KAN al ser preguntado por el entrevistador sobre la relación entre el "movimiento nacional" catalán y el Estado de Israel: "En Cataluña hemos visto a Israel, por un lado, un proyecto nacional y cultural muy parecido. Una nación perseguida, que ha tenido que proteger su lengua, que ha tenido que luchar contra grandes imperios que han intentado neutralizarla, y que tiene que luchar muy duramente para hacerse un espacio en el mundo, para hacerse respetar".

Puigdemont va más allá en sus afirmaciones, al recordar la "herencia compartida" que a su juicio existe "por el peso que tiene la cultura de Israel en Cataluña, y por el reconocimiento que hay también a la lucha de Israel por su autodeterminación, como nación que pueda conseguir y decidir su futuro de forma próspera, en paz y democrática".

No es la primera vez que Puigdemont señala a Israel como referente para Cataluña. El pasado 19 de abril, el prófugo felicitó al Estado hebreo por el 70º aniversario de su "independencia". "Tu lucha contra la adversidad y tu abnegación se han ganado nuestro respeto en Cataluña", indicó en sus redes sociales.

Este comentario propició críticas, especialmente desde la izquierda, advirtiéndole sobre las violaciones de Derechos Humanos sufridos por la población palestina. Podem Catalunya, por ejemplo, le respondió "no en nuestro nombre", destacando los "70 años de ocupación ilegal, bombardeos, asesinatos y violencia. Israel nunca puede ser un espejo para los catalanes", escribieron en su perfil de Twitter. 

Ve un "apoyo absoluto" a su fuga

Por lo que respecta a otras cuestiones, Puigdemont repite su discurso habitual de que el juicio del procés "no tiene garantías", de que PSOE y PP son lo mismo --"apoyaron juntos el artículo 155 de la Constitución y lo volverían a hacer"--, y sorprende con otras respuestas como la referida a su fuga. Una decisión que, según él, los catalanes aplauden: "La gente en Cataluña lo entiende perfectamente y lo apoya de forma absoluta. No soy el único exiliado", sostiene.

A su juicio, "lo que les gustaría" a los dirigentes del Gobierno "es que estuviera calladito y en la cárcel, pero no lo voy a hacer", añade, apuntando que su objetivo es "explicar" que "el camino a la independencia era pacífico y no violento".

Eurofobia

Puigdemont insiste asimismo en sus duras críticas contra la Unión Europea, algo habitual en él en las últimas semanas. Esta vez, a cuenta de la situación en Venezuela. Tras marcar distancias con Nicolás Maduro y destacar que él apoya los Derechos Humanos, acusa a la UE de "tener un doble estándard. Tienen gran interés en dar lecciones en otros países cuando tienen problemas internos sin reconocer. Violentan el derecho internacional en otros países, y no dicen nada de la violación de los Derechos Humanos de millones de europeos, a los que nos pegaron por ir a votar. Esta Europa no me gusta", declara, en alusión a la actuación policial en el referéndum ilegal del 1-O.

El prófugo, asimismo, no tiene más remedio que admitir en la entrevista los nulos apoyos internacionales a su causa. Algo que achaca a que "fuera no hay un conocimiento suficiente. Antes del reconocimiento, hay que tener el conocimiento. Estamos ahí", concluye.