La eurofobia de Carles Puigdemont genera rechazo. Incluso entre sus aliados preferentes. Flandes suelta lastre del discurso amenazador del expresidente, y acaba de reafirmar su compromiso con la Unión Europea, “el puesto diplomático más importante y más grande”, según asegura el presidente flamenco Geert Bourgeois, quien coordina su estrategia exterior con el Gobierno belga.
Corren malos tiempos para el fugado en Waterloo. Tal como informó Crónica Global, el expresidente, relegado a posar para las visitas folclóricas que recibe en su carísimo chalet, tiene problemas para financiar su Consejo de la República con pinchazo de inscritos que estaba llamado a ser "ariete de la ruptura democrática". Debía hacerlo mediante una ofensiva diplomática contra el Estado español que, lejos de ganar complicidades, pierde simpatías entre la opinión pública.
El pasado día 18, Geert Bourgeois, acudió a la inauguración de la nueva sede de la representación permanente de esta región en la UE, situada desde finales de 2018 en el número 65 de la Belliardstraat. Al acto asistió la delegación permanente de Bélgica, de la que forma parte Flandes, visualizando así el encaje de Flandes en la diplomacia belga.
El amigo ruso
Una estrategia, la del separatismo flamenco, que nada tiene que ver con el Gobierno independentista catalán, que lejos de coordinar sus intereses internacionales con las embajadas españolas, pretende ejercer un contrapoder que, de momento, se ha traducido en un rotundo fracaso. El ejemplo más evidente tuvo lugar el pasado martes, cuando el Parlamento europeo prohibió a Carles Puigdemont, fugado en Waterloo, y al presidente Quim Torra que pronunciaran una conferencia. Previamente, Puigdemont había desafiado a la UE -- “No nos olvidaremos de su silencio y de su cobardía. Ni de las mentiras para favorecer la represión del Estado”, escribió Puigdemont en las redes sociales-- mientras que la Assemblea Nacional Catalana (ANC) ocupaban la sede de la Comisión Europea en Barcelona. En paralelo, el expresidente catalán mostraba su deseo de mantener “relaciones estrechas y amistosas” con Rusia, enemiga de la UE, en una entrevista en el diario ruso Komsomólskaya Pravda.
El separatismo catalán no ha superado el rechazo de las instituciones europeas a avalar el proceso de autodeterminación. De ahí la inquina que Puigdemont, que debía pilotar la internacionalización del conflicto catalán --especialmente ahora que se celebra el juicio del 1-O--, dedica a la UE.
Apoyo tibio de Bourgeois
En este contexto se celebró, horas antes de la conferencia que finalmente tuvo lugar en un hotel, el encuentro que mantuvo Quim Torra con Geert Bourgeois. Ambos consensuaron un comunicado conjunto muy tibio según el cual, el presidente de Flandes “lamenta que el diálogo político esté nuevamente fuera de la mesa” pues, a su juicio, "los problemas políticos deben ser tratados a través de soluciones políticas". Por su parte, el presidente Torra agradecía el "apoyo duradero de Flandes en estos momentos difíciles para Cataluña". Ambos se comprometieron a impulsar proyectos conjuntos en materia de innovación y nuevas tecnologías.
El tono aséptico de ese comunicado contrasta con las complicidades que Flandes expresó en el pasado al Govern. En julio de 2018, Torra recibió a Bourgeois en el Palau de la Generalitat. Y en septiembre, el presidente del Parlamento de Flandes, Jau Peumans, envió una carta a la expresidenta del Parlament, Carme Forcadell, en la que consideraba “completamente inaceptable que los políticos sean arrestados por sus opiniones" y aseguraba que España "no cumple las condiciones para ser parte de una UE moderna y democrática". Estas manifestaciones provocaron un conflicto con el Gobierno español, que retiró el estatus diplomático al delegado del Gobierno de Flandes.
Un partido ultra
Peumans es miembro de New Flemish Alliance ( Alianza Neo-Flamenca, N-VA) un partido que, según las encuestas de intención de voto, ha tocado techo electoral. De ahí que pretenda utilizar el movimiento independentista catalán como estrategia de campaña. N-VA, cuya base electoral pertenece a la ultra derecha, se mira en el espejo del procés y no descarta promover un referéndum de secesión que hasta ahora no se ha planteado en Bélgica. Bourgeois y el anfitrión de la conferencia de Torra y Puigdemont, Ralph Packet, también pertenecen a la N-VA, pero el discurso europeísta que el presidente de Flandes hizo en la inauguración de la sede de su delegación en la UE dista mucho de la deriva rupturista de Puigdemont con la UE.
Bourgeois destacó la importancia de que Flandes continúe con su propia política exterior “a través de una institución tan importante como la Unión Europea”. Recordó que, desde los años noventa, los sucesivos gobiernos flamencos han prestado especial atención a su presencia en la UE. “La representación de la UE es para Flandes el puesto diplomático más importante y el más grande”. La representación flamenca en la UE está dirigida por dos diplomáticos flamencos, Axel Buyse y su adjunto, Vicky Reynaert, que cuentan con el apoyo de 20 funcionarios públicos. Estos agregados representan a las autoridades flamencas y belgas en el Consejo de la Unión Europea. También dirigen una red de contactos dentro de las instituciones europeas (la Comisión Europea, el Parlamento Europeo, el Comité de las Regiones) y con las otras autoridades belgas a nivel federal y estatal.