Temor. De cara al exterior, todo son fanfarronadas. Se reta al Gobierno de Pedro Sánchez para que haga realidad esa advertencia sobre unas posibles elecciones generales para el 14 de abril. Pero en el seno de los partidos que tendrán la última decisión, el PDeCAT y ERC, el temor es enorme. Ni hay candidaturas preparadas, con las necesarias estrategias, como le ocurre al PDeCAT con la Crida de Carles Puigdemont, ni se cuenta con un relato creíble justo al inicio del juicio en el Tribunal Supremo a los dirigentes independentistas presos. El debate es intenso, en los dos partidos, sobre el voto final que se formulará este miércoles sobre las enmiendas a la totalidad de los presupuestos.
Tanto el grupo parlamentario del PDeCAT en el Congreso, como el de Esquerra, han mantenido en las últimas semanas que era necesario permitir esa tramitación, lo que ofrecería al Gobierno de Sánchez dos meses para debatir en comisiones las cuentas de 2019. Aunque el voto final fuera negativo, ese plazo sería beneficioso para el Ejecutivo español, que se encontraría a las puertas de la campaña electoral de las municipales y autonómicas del 26 de mayo. Pero eso ya ha dejado de ser vital para Sánchez, que quiere un compromiso: o luz verde a los presupuestos, con lo que se garantizaría agotar la legislatura, hasta 2020, o elecciones inminentes o justo después del 26 de mayo, con la intención de capitalizar la obra realizada o anunciada desde el Gobierno y presentarse como el dique frente a las derechas y también como el defensor del diálogo, frente a la intransigencia del independentismo.
Derecho a la autodeterminación
¿Asusta eso a los partidos independentistas? Más de lo se expone públicamente. La consejera de Presidencia, Elsa Artadi, reclamó a Sánchez que si desea esos presupuestos debería reiniciar las negociaciones, que pasarían por encontrar una vía política al conflicto catalán, sin despreciar el derecho a la autodeterminación –como reclamó el presidente Quim Torra— y no anunciar, o filtrar que convocará elecciones. Según Artadi, el Gobierno no ha vuelto a ponerse en contacto con los partidos independentistas, desde la ruptura de negociaciones del pasado viernes, como explicó la vicepresidenta Carmen Calvo.
David Bonvehí y Carles Puigdemont
El PDeCAT, en boca de su presidente, David Bonvehí, también constató, en público, que Sánchez no sería creíble, sobre ese anuncio electoral. “Es una medida más de presión para los independentistas, que no asumimos porque no lo vemos creíble”, aseguró.
Presión de Sánchez en todas direcciones
Pero eso no cierto, porque ese debate se ha traslado al interior del partido, donde cuadros, dirigentes y responsables en los grupos parlamentarios dudan sobre qué hacer. Una de las cuestiones no menores es la siguiente: ¿es preferible que, cuando se conozca la sentencia sobre el juicio al procés, gobierne el PSOE o el PP, con una coalición con Ciudadanos y Vox? Sánchez es consciente de ello, y por eso ha buscado inyectar la máxima presión, en todas direcciones, ante el independentismo y ante el conjunto de las derechas.
Las ejecutivas de los dos partidos independentistas se reunieron este lunes. Hubo debate, pero sin llegar, todavía, a ninguna conclusión. Algunos de los dirigentes, de las dos fuerzas políticas están trabajando para que se retiren en el último momento las enmiendas a la totalidad. La incógnita es saber si, entonces, a Sánchez ya no le vale y convoca igualmente, al entender que tiene mejores expectativas electorales, después de la manifestación de las derechas de este domingo, que no fue tan importante como los organizadores esperaban, y que, por tanto, ha dejado tocados a sus líderes, Pablo Casado, Albert Rivera y Santiago Abascal.
Carles Campuzano, diputado del PDeCAT en el Congreso
El escenario de Puigdemont
Torra intentó que no existiera ese debate, al reclamar, de nuevo, que se admita la posibilidad del derecho de autodeterminación. Los fieles a Carles Puigdemont no desean ningún acercamiento. Pero eso mismo es lo que incita a los posibilistas del PDeCAT y de ERC a tratar de votar los presupuestos: “nadie quiere un escenario de cuanto peor mejor, o, por lo menos, no la mayoría de cuadros, diputados y dirigentes”, señalan fuentes del PDeCAT.
Y eso es, precisamente, lo que espera Sánchez. Este miércoles se acelerará todo el proceso hacia las elecciones, si el independentismo no lo remedia.