Los Mossos d'Esquadra blindan 50 juzgados de toda Cataluña contra el acoso de los autodenominados Comités de Defensa de la República (CDR). La policía autonómica protege desde la medianoche del jueves medio centenar de sedes judiciales contra el asedio de los radicales independentistas, que esta semana atacaron diversos edificios con excrementos, heces y pintura.
El dispositivo de protección, que pidió el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) tras el último episodio de acoso a la justicia en el territorio, con ataques a veinte juzgados, consistirá en la colocación de patrullas estáticas ante las sedes judiciales. Se enmarcará esta intervención en la Operación Toga, el dispositivo de los Mossos que habitualmente garantiza la seguridad en las sedes judiciales de la región. De hecho, la policía catalana ya había reforzado la seguridad en este ámbito con vistas al macrojuicio del referéndum ilegal del 1 de octubre y la posterior declaración unilateral de independencia (DUI) frustrada en el Tribunal Supremo.
Trabajadores "en riesgo"
Antes de ello, el TSJC pidió "protección presencial y permanente" a los Mossos tras los "intolerables ataques" de los CDR. Los grupos radicales vertieron heces ante las puertas de una veintena de juzgados catalanes el lunes. En otros pintaron grafitis en la puerta. Ante ello, la instancia judicial indicó que era necesario "depurar las responsabilidades penales que pudieran derivarse de quien haya ideado, planeado, coordinado y ejecutado dichos ataques a sedes judiciales". Asimismo, la instancia judicial lamentó que el Departamento catalán de Justicia "no haya condenado" un ataque múltiple que "puso en riesgo" la seguridad de los trabajadores.
En el mismo sentido, el Tribunal Superior exigió al departamento que dirige la consellera Ester Capella (ERC) que explicara "las medidas concretas adoptadas" por los Mossos d'Esquadra al presidente de la instancia judicial, Jesús Maria Barrientos. Recordó el TSJC que los actos vandálicos de los CDR impidieron la apertura normal de los juzgados de Valls (Tarragona) y Cervera (Lleida). Ajena al miedo entre la judicatura catalana, la CUP justificó ayer el vandalismo y lo tildó de "simpático".
Veinte ataques
El refuerzo de la seguridad en los juzgados catalanes llega después de 22 ataques de los CDR el lunes de madrugada. Los radicales arremetieron contra las sedes judiciales con excrementos, basura y pintura. Los extremistas enmarcaron su vandalismo en la oposición al juicio del 1-O, cuya sentencia "ya ven escrita" y cuya instrucción perciben como "una farsa".
Cualquiera la justificación, los independentistas radicales se cebaron con los juzgados de 22 ciudades y pueblos catalanes, incluyendo Figueres, Olot, Vic, Vilafranca, Sant Feliu de Guìxols, Esplugues de Llobregat, Gavà, Martorell, Berga, Manresa, Solsona, Girona, Mataró, Tortosa, Vinaròs, Cerdanyola, Rubí, Santa Coloma de Farners, Granollers, Ripoll, Mollet y Cervera. En algunos juzgados los radicales pintaron grafitis con los lemas "justicia de mierda" con esprays e inutilizaron los acceso.