¿Moderación a la vista? No en el núcleo de poder del presidente Quim Torra. Sin ningún deseo de tomar una iniciativa propia por parte del presidente catalán, la influencia de Carles Puigdemont es notoria. La última decisión es de suma importancia. El sustituto de Josep Rius como director de la Oficina del President es Joan Ramon Casals. Si Rius, que prepara el desembarco de la consejera Elsa Artadi como alcaldable por Barcelona, intentaba poner orden y cierto sentido común en el Ejecutivo catalán, Casals presenta una credencial cada vez más valorada: es fiel a Puigdemont y capaz de "cerrar las fronteras" con España. Se trata del acceso al poder de los fans de Puigdemont.
Casals es alcalde de Molins de Rei. Se ha repartido el mandato municipal con el socialista Xavi Paz. Y preparaba ya, como primer edil, la campaña electoral para las elecciones. Pero ha ejercido en los últimos meses un papel esencial para Puigdemont. Fue él quien diseñó una lista alternativa en el congreso del PDeCAT a la encabezada por Marta Pascal. La presión tuvo efecto y Pascal fue descabalgada. El congreso del partido, el pasado mes de julio, debía servir para que Puigdemont iniciara el derribo del PDeCAT y el comienzo de un movimiento de corte peronista que él mismo iba a liderar, con la incorporación, entre otros, de hombres como Casals.
Independencia sin complejos
Ahora todo va encajando. La Crida se ha constituido. Fue el pasado sábado. Casals controlará el núcleo de poder de Torra en la Generalitat. Su pareja es, precisamente, la jefa de gabinete de Míriam Nogueras, como vicepresidenta del PDeCAT. Se trata de Georgina Pou, otra fan de Puigdemont y de la Crida.
Se trata de un grupo de fieles, que los más veteranos, de su propio partido y de Esquerra Republicana, califican de "prepolíticos", en el sentido de que no les mueve otra cosa que la fidelidad a Puigdemont y la radicalidad independentista, mezclando conceptos e ideas y aderezado de grandes sentimientos a favor de Cataluña.
Joan Ramon Casals, nuevo director de la Oficina del Presidente
Nogueras gana peso
¿Gestionar? Connais pas. De eso Torra no quiere saber gran cosa. Está dispuesto ahora a paralizarlo todo a la espera de cómo evolucione el juicio a los políticos independentistas presos. Como mano derecha en el ámbito comunicativo tiene a Anna Figuera, que, tras pedirle Torra que le ayudara cuando fue designado presidente, no se negó, después de haberlo tratado como periodista de TV3.
Pero en el ámbito del núcleo poder, la entrada de Casals, con la ascendencia de Nogueras --enfrentada con medio PDeCAT y, principalmente, con el grupo parlamentario en el Congreso-- es determinante. Sus declaraciones públicas no dejan dudas sobre sus planteamientos políticos.
Cerrar la frontera con España
Ocurrió días antes de la conmemoración del 1 de octubre. En unas declaraciones a La Xarxa, Joan Ramon Casals discrepaba sobre la necesidad de un nuevo "paro de país" como el que ocurrió el 3 de octubre de 2017, dos días después del referéndum. Su idea no era, precisamente, la de organizar una gran huelga. "No soy partidario de parar nosotros, sino que lo que hemos de hacer es parar España. Lo que al final tendríamos que hacer es cerrar las fronteras con España, que ellos sufriesen y que esa semana o ese día nosotros pudiésemos exportar o hacer más que nunca", afirmó. El ahora mano derecha de Torra añadió que se debía parar el Estado: "Si lo que queremos hacer es una protesta contra lo que está haciendo el Estado español lo normal no es que pares tú, sino que pares a quien realmente está intentando perjudicarte".
Puigdemont, con Nogueras a su izquierda
En el seno del Gobierno, la nueva situación crea gran incertidumbre. El inicio del juicio a los políticos presos puede paralizar todas las iniciativas en la Generalitat. Torra se encierra en sí mismo, con las piezas escogidas por Puigdemont, y una parte del PDeCAT y los consejeros de Esquerra Republicana no saben cómo darle la vuelta a la situación.
Budó en la recámara
El poder ahora es Puigdemont --con Torra como persona interpuesta--, Casals, Pou y Nogueras, junto a consejeros como Damià Calvet, partidario de potenciar todo lo que se pueda a la Crida. Y, a punto de cruzar la puerta --y como sustituta de Elsa Artadi--, se prepara otra "prepolítica": Meritxell Budó, alcaldesa de La Garriga. Es el peón que desea Jordi Turull, cada vez más partidario de posiciones duras, y así lo comunica desde Lledoners, a punto de iniciar el juicio y de ser trasladado a Madrid.
Budó, del PDeCAT (banda Crida), afirmó en un pleno municipal que hablar a los andaluces de origen que viven en La Garriga en castellano es "segregar" a esos vecinos. Fue con motivo de la celebración del Día de Andalucía, el pasado 28 de febrero. El portavoz de Ciudadanos, Ángel Guillén, felicitó en castellano a los ciudadanos del pueblo con orígenes en Andalucía. Y Budó afeó la decisión, al entender que con ello se "segregaba" a los andaluces que viven en Cataluña.
Son los hombres y mujeres de Puigdemont, en el núcleo de Torra, el servidor del expresident.