La distancia de los dirigentes del PDeCAT y de ERC respecto al presidente Quim Torra ha llegado hasta tal extremo que la pregunta se formula de la siguiente manera: “¿Sabe Torra que implica decir que se producirá una crisis de gobierno?” No es un lío, o una bronca, es el cese y la sustitución de unos consejeros por otros. Y es un Govern integrado por dos partidos y por un grupo de fieles al expresidente Carles Puigdemont. ¿Es consciente Torra de todo eso? El mandatario catalán se ha quedado solo con su veto a los presupuestos de Pedro Sánchez, y todo depende ahora de cómo evolucione el movimiento-partido de Puigdemont, la Crida, y de la capacidad de maniobra que tenga el PDeCAT para que Torra tome una decisión: o su dimisión o la convocatoria de elecciones.
Todo eso se ha derivado de la posición de Torra, que no quiere que el PDeCAT y ERC faciliten la tramitación de los presupuestos del Gobierno para 2019. La advertencia de que si lo hacen provocará una “crisis de gobierno”, le ata de pies y manos, porque, precisamente, la intención de los diputados del PDeCAT y de Esquerra en el Congreso es ganar tiempo, y alargar el diálogo con Sánchez, y eso pasa por esa tramitación de las cuentas de 2019.
Pedro Sánchez y el diputado de ERC, Joan Tardà
Con los fieles de Puigdemont
El gesto concreto llegará en las primeras semanas de febrero, cuando los dos grupos parlamentarios se vean en la tesitura de registrar sus respectivas enmiendas a la totalidad.Torra quiere que lo hagan. Pero los diputados de los dos partidos están muy lejos de cumplir esa orden. El republicano Joan Tardà lo dejó claro este jueves al señalar que, en todo caso, lo que haga ERC sea decisión de Esquerra, y que el Govern de la Generalitat no es, precisamente, un gobierno monocolor.
Torra no participa de los encuentros y debates internos que se han producido en las últimas semanas. No es consciente de que la puesta en marcha de la Crida de Puigdemont se ha encontrado con resistencias muy serias por parte del PDeCAT y que sólo podrá contar con un puñado de fieles, que deben sus cargos a la decisión digital de Puigdemont o de sus colaboradores más cercanos, que buscaron entre sus amistades para copar las listas electorales. Entre ellos tiene a Laura Borràs, Aurora Madaula, Eduard Pujol, Josep Costa, Elsa Artadi --aunque tiene vida propia-- o Miquel Buch, con quien, de hecho, ha mantenido serias disputas por la actuación de los Mossos.
Peso real de la Crida
La fecha clave se acerca. Será el 26 de enero, con el congreso fundacional de la Crida. Puigdemont quiere fieles, que deseen llegar hasta el final. Cuenta para ello con Jordi Sànchez, quien, desde la cárcel de Lledoners, ha dirigido la ponencia política de la Crida. No cuenta ahora con Ferran Mascarell, que ha dejado de ser el portavoz del movimiento, y espera que buena parte de los cuadros y militantes del PDeCAT se acaben inclinando por un nuevo instrumento para caminar hacia la independencia.
El PDeCAT espera ese momento. Desde su presidente, David Bonvehí, hasta los diputados del Congreso, pasando por numerosos alcaldes, todos quieren conocer el peso real de la Crida. Y será a partir de esa fecha cuando se dirima una posible “bifurcación” que puede tener consecuencias directas para los presupuestos del Gobierno.
Puigdemont, en el acto inaugural de la Crida
¿Quién para la tramitación?
La votación sobre las enmiendas a la totalidad llegará después de esa fecha, sobre la primera o la segunda semana de febrero, según el calendario que se maneja en el Congreso. ¿Habrá en ese momento diputados del PDeCAT y diputados de la Crida? La vicepresidenta del PDeCAT y diputada en el Congreso, que se presentará a la alcaldía de Mataró, es Míriam Nogueras, fiel a Puigdemont. ¿Impedirá ella que se pueda tramitar los presupuestos del Ejecutivo español?
Eso es, en gran medida, lo que esperaba el propio Pedro Sánchez, que sabía que los presupuestos podían dividir al independentismo.
Las dos opciones de Torra
Por ello, y porque tiene indicios de que podrían salir adelante, por lo menos para iniciar la tramitación y llegar a las distintas comisiones --presididas por los ministros de cada ámbito-- Sánchez ha decidido aprobarlos este mismo viernes en el consejo de ministros.
Torra, si llega esa ‘indisciplina’, tendrá dos posibilidades, según explican las fuentes consultadas: o presenta su dimisión, lo que abriría de nuevo las puertas a la exigencia por parte de los fieles de Puigdemont, dentro de Junts per Catalunya, de investir telemáticamente al propio expresidente, o convocar elecciones cuando se conozca la sentencia de los políticos independentistas presos.