Carles Puigdemont no renuncia a ser investido presidente de la Generalitat. A pesar de que la Justicia insiste en la imposibilidad de designar de forma telemática al dirigente independentista, el prófugo ha utilizado las redes sociales para recordar que su voluntad es regresara a Cataluña. Pero no de forma clandestina.
"Si el Parlamento me inviste, yo tomaré posesión del cargo y volveré en Cataluña. Entraré en Cataluña como presidente de la Generalitat. Abiertamente. No de manera clandestina. Esto sería un conflicto europeo y volvería bien acompañado y de demócratas europeos para que fueran testigos si en la Europa del siglo XXI se impide o no a un presidente elegido por un parlamento democrático de ejercer las funciones que le corresponden legalmente", explica en su cuenta de Instagram.
La reflexión supone un dardo envenenado contra ERC, pues el presidente del Parlament y dirigente de este partido, Roger Torrent, rechazó esa investidura para no incurrir en un delito. El comentario se produce en plena crisis secesionista, con ERC y PDeCAT desmarcados del discurso duro de Puigdemont, mientras que la CUP y la Assemblea Nacional Catalana (ANC) reprochan al gobierno de Quim Torra que no declare ya la república catalana. Fieles al fugado como Míriam Nogueras o Josep Costa alimentan ese independentismo rupturista, cuestionando la etapa de postprocés que Torra y pedro Sánchez inauguraron en la reunión mantenida en Barcelona.